La fecha de caducidad es un elemento del todo indispensable y obligatorio que debe aparecer en todo alimento envasado. Esa es la obligación que contraen todos los establecimientos de comida, supermercados y de más locales en los que se venden alimentos aptos para el consumo, ya sean batidos fantásticos e ideales para tu piel o los siempre deliciosos pollos asados.
Dicha fecha de caducidad es uno de los muchos protocolos que deben seguir los alimentos que los consumidores pueden adquirir para garantizar su seguridad y salud. Según el tipo de producto, supermercado, proveedor y demás factores, dichas etiquetas que marcan la fecha de caducidad pueden variar. Pero, en general, son todos similares.
Pero a pesar de esto, debes saber que existen otros elementos que pueden aparecer en los envases de los productos que puedes encontrarte en el supermercado. ¿Y de qué elementos estamos hablando? De a fecha de envasado y de la fecha de consumo preferente, las cuales suelen acompañar a la fecha de caducidad de un producto. ¡Te explicamos las diferencias!
1La importancia de la fecha de caducidad
Como te hemos comentado, la salud de los consumidores es el principal foco que establecen los protocolos de seguridad y consumo que se establecen para los alimentos. Y la fecha de caducidad es uno de los más importantes, dado que garantizan que, si están en fecha, pueden ser preparados y servidos para su consumo sin ningún temor a menos que se hayan producido alteraciones en su envasado original.
¿Y de qué alteraciones hablamos? Pues de la rotura de la cadena de frío o congelación (muy importante), de problemas logísticos, pequeñas roturas del propio envasado del producto que está disponible para su consumo, etc. Unos problemas que, como es lógico, dañan a la calidad final del producto con independencia de la fecha de caducidad que se muestre en su etiqueta correspondiente.