Por segundo año consecutivo, la Doctora española Elisabeth Arrojo es reconocida con el Premio Europeo de Medicina en Oncología

Los European Awards in Medicine celebraban el pasado martes, 29 de noviembre, su tercera edición en el Hotel Ritz de París. La Doctora española Elisabeth Arrojo, directora del Instituto Médico de Oncología Avanzada (INMOA), fue galardonada con el ‘Premio Europeo de Medicina en Oncología’, por segundo año consecutivo.

La organización reconocía a la Dra. Arrojo su larga, brillante y extensa carrera en la investigación del cáncer y el liderazgo en el desarrollo del tratamiento con hipertermia electro-modulada en España, a través de INMOA, centro que se ha convertido en un referente oncológico nacional e internacional.

Este premio promueve la excelencia y el conocimiento a través de la enseñanza, la investigación y la creación de redes proactivas. Los profesionales galardonados cubren diversas áreas de la medicina, trabajando diariamente con dedicación en un sector que ha demostrado ser de los más importantes y esenciales a nivel global.

El primer centro nacional de prevención del cáncer

Los European Awards in Medicine también reconocían la labor de la Dra. Elisabeth Arrojo dentro del campo de la Nutrición Oncológica. Dada la importancia de la alimentación en el proceso de la enfermedad oncológica, y también previo – el 30 % de los casos de cáncer están relacionados con una mala alimentación -, en INMOA, siempre liderados por la Dra. Arrojo, han decidido poner en marcha el primer Centro Nacional de Prevención del Cáncer como complemento a sus edificaciones y avanzados tratamientos. Este trabajo preventivo se centrará en tres factores clave del bienestar: alimentación, ejercicio físico y estado emocional (estrés).

Hasta ahora, la alimentación ha preocupado a la población por otros factores como el peso o el colesterol. Pero nadie suele relacionarlo directamente con el cáncer. Pues bien, es importante memorizar este dato: está demostrado con una evidencia de tipo 1, o sea, totalmente demostrado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que, por cada 50 gramos de cada carne procesada que se come a diario, hay un 18 % más de riesgo de padecer cáncer de colon.

“El problema es que nadie se imagina que el chorizo, el salchichón o el lomo son carne procesada. Entonces, puede que no todos los días tomes lomo, pero si una noche cenas salchicha, al día siguiente comes hamburguesa y por la noche te haces una tostada de jamón, estás ingiriendo carne procesada diaria. Y no solo eso, también influye cómo se cocinan estos alimentos; no es lo mismo freír – que es la opción menos recomendada-, que hacer una carne de estas a la plancha o al vapor», apunta la Dra. Elisabeth Arrojo.

Para ir concienciando en la alimentación, la Dra. Arrojo sacó hace unos años al mercado el libro Cocinando tu salud, junto al Chef Pablo Balbona, una guía que demuestra que se pueden comer muchos alimentos diferentes y que pone en valor la dieta mediterránea, que cuenta con multitud de antioxidantes en frutas, verduras, carnes rojas, carnes blancas, así como en pescado azul. “La carne roja, no obstante, se recomienda limitarla, no tomar más de 150/200 gr. a la semana en un adulto”, matiza la Dra. Elisabeth Arrojo.

Ejercicio y estrés

Además de la parte nutricional, este centro de prevención trabajará en la parte deportiva y emocional. El ejercicio, tanto para un paciente oncológico como para una persona sana, es imprescindible. “Tener más masa muscular te ayuda en muchos aspectos. Por ejemplo, un músculo fuerte dificulta que el tumor le robe la glucosa”, explica la Dra. Arrojo.

Asimismo, el cansancio, muchas veces, está relacionado con la pérdida de masa muscular. Y el signo más evidente son las escaleras, porque lo primero a lo que afecta es a los muslos. Entonces, se recomienda combinar una parte aeróbica con pesas, flexiones y también gomas TRX; siempre con moderación y siguiendo el consejo de profesionales.

En cuanto al estrés, aún no se sabe relacionar con un porcentaje exacto. Pero hay evidencias de relación muy directa con el cáncer. Una de las cosas que pasan con el estrés es que las células se acortan antes de tiempo (envejecen) y entonces mutan. Un claro ejemplo es que cuando se está pasando por una época de mucho estrés, esto afecta a la parte gastro-intestinal (considerada el segundo cerebro debido a la cantidad de neuronas que tiene). El estómago entonces, genera una acidez que va haciendo una erosión continua y que se intenta regenerar todo el tiempo, pero llega un momento en el que aparece el cáncer por esa persistencia en dividirse continuamente las células para reparar esa erosión. «Si aumentamos la división celular, aumentamos el riesgo de que en una de esas divisiones haya un error, una mutación y se genere una célula maligna».

Con este pionero Centro Nacional de Prevención del Cáncer, tanto la Dra. Elisabeth Arrojo como todo su equipo, en colaboración con otros profesionales del mundo del deporte y la alimentación, como el Chef Pablo Balbona, trabajarán en esta primera parte preventiva porque como mantiene la doctora, “si detectásemos los tumores malignos muy al principio, la mayoría serían curables, salvo algunos casos concretos. El problema es que siempre los diagnosticamos muy avanzados y aunque los resultados terapéuticos han mejorado mucho y han mejorado mucho los tiempos de supervivencia y la calidad de vida, en esos casos, hay veces que no conseguimos la curación”.

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