Desde finales del siglo XIX, en España es tradición terminar el año con doce uvas. Nos comemos una por cada uno de los últimos doce segundos del año. Es una costumbre procedente de Francia e incorporada al acervo patrio por la burguesía madrileña.
No está muy claro qué simbolizan exactamente las doce uvas; podría ser los meses del año o la hora en que finaliza el día 31 de diciembre para dar paso a un nuevo año. En cualquier caso, sí sabes por qué te las comes. Se dice que acabar el año sin llevar a cabo este ritual trae aparejado un mal augurio para el siguiente. Sin embargo, la suerte que deseamos conseguir con el acto de comernos las uvas puede truncarse en ese mismo instante. Te explicamos por qué.
9La versión italiana de las uvas
En caso de que, después de leer este artículo, hayas decidido que tú o alguna de las personas con las que compartas mesa esta Nochevieja no va a comer uvas por precaución, existe una alternativa menos peligrosa; estamos hablando de las lentejas. Cambiar las uvas por estas legumbres, copiando la costumbre italiana, hará que puedas cumplir con la superstición de manera segura.