Desde finales del siglo XIX, en España es tradición terminar el año con doce uvas. Nos comemos una por cada uno de los últimos doce segundos del año. Es una costumbre procedente de Francia e incorporada al acervo patrio por la burguesía madrileña.
No está muy claro qué simbolizan exactamente las doce uvas; podría ser los meses del año o la hora en que finaliza el día 31 de diciembre para dar paso a un nuevo año. En cualquier caso, sí sabes por qué te las comes. Se dice que acabar el año sin llevar a cabo este ritual trae aparejado un mal augurio para el siguiente. Sin embargo, la suerte que deseamos conseguir con el acto de comernos las uvas puede truncarse en ese mismo instante. Te explicamos por qué.
6Recomendaciones para evitarlos
Además de evitar que las personas de determinadas edades coman aquellos alimentos que entrañen un riesgo, hay otras recomendaciones que todos deberíamos seguir para no llegar al atragantamiento. En Nochevieja, se bebe con especial avidez y es algo que nos puede llevar a no masticar suficientemente los alimentos antes de tragarlos. Es aconsejable, por tanto, no excederse en el consumo de alcohol durante la cena, pues aumentaría las probabilidades de tener problemas con las uvas u otras viandas.
Hablar o reír mientras se realiza la ingesta de comida es igualmente peligroso, sobre todo, si se hace de manera impetuosa. Otra exhortación es cortar la comida en trozos pequeños, a fin de evitar sustos desagradables. Por último y aunque parezca algo evidente, es necesario recordar que hay que prestar atención a lo que estamos haciendo, es decir, pensar en el proceso que estamos llevando a cabo cuando comemos. Distraerte en exceso puede tener dramáticas consecuencias.