La adenopatía, también llamada linfadenopatía, es una dolencia que afecta a los ganglios linfáticos. Sin embargo, el uso común de la palabra es como sinónimo de que se sufre de un aumento en el tamaño o inflamación en el tamaño de nuestros ganglios linfáticos.
¿Qué son los ganglios linfáticos?
Los nódulos o ganglios linfáticos son estructuras que forman parte del sistema linfático, que tienen un rol esencial al momento de tener que combatir contra las infecciones en el organismo. La función que tienen es la de filtrar, y en la misma logran atrapar las bacterias, los virus y cualquier cuerpo extraño que puede causar una infección, antes de que los mismos lleguen a afectar otras áreas del cuerpo.
¿Cuántos tipos de adenopatía existen?
La presencia de una adenopatía demuestra la existencia de una hipertrofia de los ganglios linfáticos, y hay varios tipos, que son:
- Adenopatía localizada: aquella cuya ubicación puede ser encontrada.
- Adenopatía generalizada: la gripe estacional puede ser un perfecto ejemplo de esta condición, porque es una infección que se generaliza por todo el organismo.
- Adenopatía generalizada persistente: es la que permanece dentro del organismo por bastante tiempo, pero sin una causa que sea aparente.
Existe una manera de clasificarlas dependiendo del área del cuerpo en la que pueda encontrarse, como es el caso de las adenopatías mediastínica, axilar cervical o lingual. Cuando los pacientes tienen menor de treinta años de edad, en el 70% de los casos, la aparición de una adenopatía suele estar originada por una causa benigna.
¿Cómo se diagnostica?
El asunto no es tan sencillo, porque las adenopatías pueden ser ocasionadas por una gran variedad de medicamentos o de enfermedades. Cuando un individuo es diagnosticado con una esta dolencia, normalmente se tiene la tendencia a pensar con mucho miedo, que se trate de un proceso que sea maligno.
Esto es algo que puede pasar, pero lo que las estadísticas han demostrado es que comúnmente tienen un origen de tipo viral o bacteriano, y que lo normal sea que tienen una curación por sí misma, sin que tengamos que hacer nada, o después de seguir un tratamiento con medicamentos antimicrobianos.
En el noventa por ciento de los casos que se localizan en el área subclavicular de personas mayores a los cuarenta años, suelen ser malignas. En caso de que el área afectada sea la zona derecha, normalmente se le asocia con el cáncer de esófago, de pulmón o de mediastino.
Hay un caso específico de ganglio, llamado de Virchow, y nos estamos refiriendo a un ganglio asociado con la metástasis de un cáncer primario de origen gastrointestinal. Pero también es común en la aparición de tumores ováricos, testiculares, en la próstata o renales.
Pero si la adenopatía se presenta localizada en al área de la mandíbula o en el área yugular, es in indicativo de la existencia de tumores malignos en la cabeza o cuello, o la presencia de un linfoma.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas aparecen en el sistema linfático, que está compuesto esencialmente por una extensa red de ganglios linfáticos, de vasos sanguíneos y de órganos ubicados por toda la periferia del cuerpo. Entre los síntomas que el paciente puede sentir se encuentran:
- Dolor y sensibilidad en los ganglios linfáticos.
- Sensación de un moqueo constante, catarro, fiebre y dolor en la garganta, junto con otros indicativos de la existencia de infecciones en las vías aéreas.
- Exhibir inflamaciones generalizadas en los ganglios por todo el organismo, lo que podría ser el indicativo de la existencia de infecciones, como es el caso del VIH o de una mononucleosis, así como de un trastorno de clase inmunitaria, tal como es el caso del lupus o de la artritis reumatoide.
- Sudoraciones nocturnas.
- Fibre.
- Ganglios linfáticos fijos en un lugar y duros. Si el crecimiento es rápido, puede ser el indicativo de la existencia de un tumor.
- Tener sensibilidad en la piel alrededor del área en la que se encuentra el ganglio linfático.
¿Existen pruebas médicas para diagnosticarla?
Cuando el médico sospecha de la existencia de una adenopatía, se requiere realizar una prueba que recibe el nombre de anamnesis, que es el nombre que recibe la cantidad de datos que son obtenidos y que recogen en la historia clínica del paciente, con el propósito de obtener el diagnóstico específico.
Para formar una anamnesis se toman en consideración los siguientes elementos:
- Sexo.
- Edad.
- Los antecedentes de la persona, como si tiene contacto con ciertos animales, haber sostenido relaciones sexuales, haber sufrido recientemente una cirugía, tener adicción a las drogas, el tipo de alimentación que tiene la persona, entre otros.
- Cuáles son sus antecedentes familiares.
- El contexto clínico en el que se desarrolló la enfermedad.
- La cronología en que ocurrió la inflamación.
La anamnesis se acompaña de una exploración física, palpando todas las zonas del cuerpo en las que hay ganglios linfáticos. No obstante, existen otros exámenes que es posible realizar para el diagnóstico de una adenopatía, entre las que se encuentran:
- Los hemogramas.
- Las pruebas de diagnóstico por medio de imágenes, en las que están incluidas las gammagrafías, las resonancias, las ecografías y los TACs.
- Analítica en la sangre.
- Una biopsia realizada directamente en los ganglios linfáticos.
¿Existen otras causas para su aparición?
Aunque las causas más frecuentes de una adenopatía son las infecciones de tipo viral, como el resfriado estacional, es posible que tengan su origen en otras causas que también son infecciones, como es el caso de:
- La faringitis estreptocópica.
- Una infección de oídos.
- El Sarampión.
- La monoculeosis.
- Algunas infecciones de la piel.
- El VIH.
También es posible que se den, aunque con menor frecuencia, en otra clase de dolencias o patologías, como una tuberculosis, una infección que se transmite sexualmente como es el caso de la sífilis, la toxoplasmosis o también llamada fiebre por arañazos de gatos.
Igualmente, se puede presentar una adenopatía por causa de trastornos en el sistema inmunitario, como el lupus o una artritis reumatoide. Pero, sin duda, la condición más seria que la puede provocar es el cáncer, en particular los linfomas, una leucemia, que se presenta con algunos de estos signos, o una metástasis de los ganglios. No obstante, se ha dicho que una linfadenopatía es el efecto secundario más común de la tercera dosis de la vacuna contra el Covid-19.
¿Es posible prevenirla?
No hay una manera específica en la que se pueda prevenir una adenopatía. Pero hay varios remedios caseros que sirven para aliviar el dolor o las molestias que produce la inflamación de los ganglios linfáticos, como descansar, tomar analgésicos que son de libre venta, o aplicar compresas que estén tibias.
¿Se deben tomar antibióticos?
No es posible señalar que exista un tratamiento concreto para las adenopatías, de modo que es necesario conocer qué las causa, y a menos que se determine que la causa es una infección bacteriana, no se deben tomar antibióticos, como tampoco se deben administrar corticoides, porque dificultan el diagnóstico cuando la dolencia sea de tipo hematológico o se activará la infección subyacente.
En todo caso, es necesario acudir al médico y realizarse las pruebas y exámenes correspondientes, y sólo después de determinar la causa, el doctor impondrá el tratamiento que corresponda.