Carmen Tello desvelaba ante los micrófonos hace varias semanas que antes de que terminase 2022 se celebraría su boda religiosa con Curro Romero. Muy discreta, sin embargo, evitaba dar detalles acerca de su esperadísimo enlace, confesando que se trataría de una ceremonia «muy privada» y que, esperaban, no trascendiese a la prensa. Algo que, por lo que parece, han logrado.
Como ha adelantado el diario ‘ABC’ en exclusiva, el íntimo ‘sí quiero’ ha tenido lugar este domingo en la capilla de la Casa Pilatos en Sevilla, donde el Faraón de Camas y la mejor amiga de la recordada Duquesa de Alba han puesto el broche de oro a sus 28 años de amor rodeados de sus seres queridos.
Sin duda, un sueño cumplido para la enamorada pareja, que comenzó su relación en 1995 y se casó, por lo civil, en el año 2003. Ni Curro ni Carmen escondieron nunca su deseo de que su unión fuese bendecida por la Iglesia, pero Concha Márquez Piquer, exmujer del torero, se negaba a darle la nulidad eclesiástica. Su fallecimiento en octubre de 2021 les dejaba vía libre para celebrar su boda religiosa, y ha sido ahora, 14 meses después y respetando el duelo por la memoria de la folclórica, cuando se han convertido en marido y mujer ante los ojos de Dios.
Una ceremonia sencilla y muy íntima a la que tan solo han asistido los familiares y amigos más cercanos de la pareja, entre los que se encontraban los cuatro hijos de Carmen – fruto de su matrimonio con el Marqués de la Motilla -, y las hermanas de Curro, además de algunos de algunos amigos íntimos, como el duque viudo de Alba, Alfonso Díez, los doctores Trujillo y Muniaín, Marta Talegón, o José María García y Montse Fraile, además de los anfitriones de Casa Pilatos, los Duques de Segorbe. Sin embargo, en un día tan especial para el diestro se echó especialmente de menos a su hija Conchitín, que no pudo asistir al encontrarse fuera de España en un viaje programado con anterioridad.
Ante la ausencia de su hija, Curro eligió como madrina a su hermana, María Romero, mientras Carmen – radiante con un elegante vestido rosa pastel con levita a juego – llegaba al altar de la mano de su hermano Javier para dar el ‘sí quiero’ al hombre de su vida después de 28 años juntos. Una ceremonia muy emotiva en la que la sevillana no pudo evitar emocionarse, especialmente cuando el sacerdote recordó a los padres de ambos.
Una vez convertidos en marido y mujer para la Iglesia, Carmen y Curro, felices por haber cumplido por fin su sueño, celebraron su amor con su exclusivo grupo de invitados con un sencillo banquete celebrado, al igual que la boda, en la sevillana Casa Pilatos.