La energía solar es la que se obtiene de la fuente primaria de luz, que es el sol, y es esparcida por medio de la radiación electromagnética, que se descompone en luz, calor y los rayos ultravioleta.
Es posible capturar y almacenar esa energía por medio de paneles solares que funcionan como colectores, que son instalados en sitio estratégicos de cara al sol, y puede ser transformada en energía térmica, empleando un sistema fototérmino, pero también para crear electricidad, por medio de un sistema fotovoltaico.
¿Qué es la energía solar?
Se trata de una de las principales fuentes de energías renovables, lo que juega un rol esencial en la transición energética, ayudando a impulsar la implementación de economías más limpias, con las que se persigue la protección del medio ambiente, mejorar el bienestar de los individuos y garantizar una sostenibilidad empresarial. Tener energía solar es un futuro asegurado.
Gracias a la evolución tecnológica, ha logrado transformarse la energía solar en una de las energías más limpias, económicas y eficientes en el sector de a energías que son renovables. Otro aspecto interesante es que se trata de una fuente de energía inagotable, que contribuye a hacer el planeta más sostenible, atrayendo inversiones, generando empleos e incrementando la competitividad en las empresas.
Hoy nadie duda que constituye un objetivo primordial ser responsables con el planeta y con el entorno, y gracias a los distintas clases de energía solar y la manera en que funcionan, es posible extender su utilización como una fuente generadora de electricidad. Y se puede cargar un coche eléctrico con energía solar.
¿Cuáles son las clases de energía solar que existen?
Las clases más conocidas son la fotovoltaica y la térmica, aunque hay tras aplicaciones que resultan de gran interés, y se pueden relacionar con las clases de placas solares que existen, así que procederemos a explicarlas.
Energía solar de tipo fotovoltaico
Es la que funciona utilizando un sistema de placas fotovoltaicas, que son instalaciones que producen electricidad, capturando la luz del sol, por medio de nódulos fotovoltaicos, que tienen la capacidad de transformar la radiación solar de forma directa en energía eléctrica. Para ello, los paneles solares tienen células fotovoltaicas que al recibir directamente la luz del sol, se ionizan liberando electrones que interactúan entre sí, creando energía eléctrica.
Este tipo de energía ha sido impulsada grandemente por la creación, desde hace algunos años a esta parte, de las llamadas comunidades solares, que implican instalaciones para el autoconsumo solar, lo que significa un gran ahorro de energía. Incluso ya existe la energía agrovoltaica, que es una forma bastante sostenible de realizar actividades agrícolas.
Energía solar de tipo térmico
Hay equipos que colectan o captan la radiación solar para transformarla en calor. Los captadores son capaces de recoger y de almacenar la radiación del sol, con la finalidad de calentar el agua que luego puede usarse como base para sistemas de calefacción, o simplemente agua caliente para el uso personal, residencial o en la industria.
En este caso, tenemos una variante que recibe el nombre de energía termosolar de concentración, o CSP, por su nombre en inglés, y que utiliza una cantidad de espejos o lentes que logran que se concentre la luz del sol por una superficie específica. Esta energía normalmente se utiliza para producir electricidad, empleando el calor recogido para hervir agua que producirá vapor para movilizar alguna máquina, como los generadores que poseen turbinas.
Energía solar de tipo pasivo
En esta clase se aprovecha de manera directa la energía proveniente del sol, empleando materiales y soluciones que no requieren de una transformación previa en otra clase de energía, a diferencia de las clases de las que antes hechos hablado, a las que podríamos llamar activas.
Una actividad en la que se usa la energía solar pasiva es en el ecodiseño, así como en la llamada arquitectura bioclimática, utilizándose para calentar los espacios que se habitan. Otro ejemplo de una utilización pasiva de esta energía limpia es la forma en que se aprovecha la iluminación natural, bien sea directa o utilizando los llamados tubos de luz, que poseen espejos en su interior.
Energía solar de tipo híbrido
En esta clase de logra combinar cualquiera de las clases de energía que antes hemos explicado, con otras clase de energías, esencialmente del tipo renovable, para obtener un mayor aporte energético.
El ejemplo típico es aquel que logra combinar la energía del sol con la que proviene del viento, llamada también eólica. Un sistema híbrido fotovoltaico y eólico logra combinar los paneles solares con los aerogeneradores, lográndose aprovechar hasta el máximo los recursos que provienen del viento y del sol.
¿Cuáles son las ventajas del uso de la energía solar?
La primera de ellas es que constituye una fuente inagotable de energía limpia, de modo que nos ayuda a disminuir nuestra huella de carbono significativamente, pero también posee otros beneficios:
Se trata de una fuente inagotable de energía
Por provenir del sol, es una fuente energética absolutamente renovable que proviene de la principal fuente de energía inagotable y duradera.
Es energía totalmente limpia
Esto significa que para obtenerla no se requiere emitir dióxido de carbono hacia al medio ambiente y no genera residuos, por tanto se trata de una fuente que es cien por ciento limpia.
No produce contaminación sónica
Al ser su producción totalmente silenciosa, no genera ninguna contaminación acústica, que es otra forma en la que los seres humanos contaminamos el medio ambiente.
Se trata de una energía que es accesible
Y la razón de ello es que los paneles que se emplean para su recolección son fáciles de instalar y de adaptar en cualquier sitio, aunque se trate de áreas geográficas que sean bastante remotas.
¿Cómo es el funcionamiento de las instalaciones de energía solar más comunes?
Es necesario transformar la energía que proviene del sol y puede transformarse en eléctrica o térmica. En la eléctrica se usan placas fotovoltaicas que hacen que los fotones de la luz solar choquen con las celdas o nódulos para producir electrones, que se mueven intercambiando sus posesiones y estableciendo un flujo eléctrico que se desplaza entre las capas o niveles que posee un panel solar. Mientras más intensa sea la luz, mayor será el flujo eléctrico.
Pero si se trata de energía térmica, el proceso es más simple, porque se capta la luz del sol, por medio de dispositivos llamados captadores, y se almacena en un dispositivo esa energía captada, en una especie de acumulador, luego utilizando la distribución de fluidos, éste la moviliza para que sea consumida.