¿Quién no adora tirarse en el sofá y disfrutar de una película? Todos disfrutamos de las grandes obras producidas en el séptimo arte. Nos aportan mucho más que cualquier otro tipo de arte: un trama, imágenes en movimiento, grandes personajes y potentes canciones que ensalcen el momento. Ahora bien, son las composiciones más complejas de criticar (por lo menos la primera vez que vemos una película). Los fallos quedan disimulados para un espectador embriagador por todo aquello. ¿Te interesa saber algunos de esos fallos que te saltaste?
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Hablemos ahora de una de las películas más conocida por sus fallos que por su historia o los guapos actores de la misma. Efectivamente, hablamos de Troya, esa película cargada de anacronismos, como relojes de pulsera, coches de fondo y… ¡aviones!
Estos griegos y troyanos eran unos genios, ya lo dicen todos y no escuchamos: todo ya se inventó en el pasado.
Sin embargo esto es un poco excesivo, incluso podemos jugar con la mítica pregunta: “¿Es un pájaro, es un avión?” por darle un margen de duda. Aunque no lo hay realmente, todos tenemos claro que es un avión.
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