Para las grandes ciudades los músicos callejeros son parte de su identidad. Desde el metro de Nueva York, pasando por las avenidas de Buenos Aires en las capitales los artistas callejeros son clave. Madrid no es la excepción a esta norma, desde imitadores hasta interpretes de instrumentos raros, que van desde tubos donde se captura el aire hasta ollas usadas como baterías son muchas las rarezas que dan identidad propia a ciertas calles del centro de la ciudad.
La capital lo sabe, por eso, ha diferencia de otras grandes ciudades del mundo, el tema está tan reglamentado. Además de exigir permisos, poner límites de tiempo y limitar el uso de amplificadores la ciudad tiene trabas importantes para sus artistas callejeros. Eso no les resta su importancia ni quita una sola gota del color que su talento suma a la capital aún en estos meses decembrinos.
PUEDE SER UN BUEN NEGOCIO
Lo cierto es que tampoco es que sus números sean pequeños. Según algunos testimonios un artista callejero puede sumar entre 50 y 150 euros por una hora de trabajo en un espacio como Callao. Es un buen número, que además demuestra el cariño que los ciudadanos de Madrid tienen para sus artistas. Sin embargo, los riesgos no son pocos.
El clima, el verano, o la simple mala suerte pueden cambiar de forma radical esta ecuación de ingresos. Momentos como filomena, o algo tan simple como un día de lluvia particularmente fuerte, pueden reducir el monto de ingresos hasta cero. Al ser considerados autónomos no existe ningún tipo de protección al respecto. Es un riesgo diario que además los deja en cero en caso de problemas de salud o cualquier otra dificultad personal. Es un contraste importante que puede hacer que cantar en la calle pase de del cielo al infierno por algunas gotas de agua.
UN ESCAPARATE IMPORTANTE
Lo que sí hace diferente el día a día de los artistas callejeros de Madrid otras ciudades es que para muchos de ellos es una buena audición para tarimas más formales. Desde fiestas de pueblos de la periferia pasando por bares en época veraniega para los artistas una plaza puede ser un primer escalón importante. Así lo recogen los testimonios de varios de los artistas, en particular de los que reclaman por las limitaciones que se pusieron al uso de los amplificadores en las plazas.
Pero aun así puede notarse el interés que genera en las grandes concentraciones de personas que se reúnen alrededor de algunos de los artistas más conocidos. Siempre será una imagen llamativa ver una pequeña multitud alrededor de un Michael Jackson que puede imitar todos los movimientos del artículo genuino en pleno 2022. No se escapan tampoco los guitarristas y cantaores de flamenco o los cantautores que aparecen solos con su guitarra en alguno de los puntos más transitados de la capital.
Solo con pasar por redes, en particular en Instagram y Tik Tok, podemos ver como algunos de estos artistas tienen ya su pequeña comunidad de seguidores. Es cierto que es un proceso que puede ser lento, pero precisamente por eso requiere tanto mimo por parte de los involucrados. Como todo en este negocio hay un porcentaje quizás demasiado alto, de azar, y para el cual requieren cuidar este espacio.
LOS MUSICOS CALLEJEROS ESPERAN QUE VUELVAN LOS AMPLIFICADORES
Aunque cada vez empiezan a verse con más frecuencia de nuevo en las plazas, y en particular en las estaciones de metro, los amplificadores siguen prohibidos y para estos artistas esto significa un ataque directo a su principal sustento. De no recuperarlos para ellos es muy complicado captar oídos nuevos, lo que puede significar un problema serio para su futuro.
Lo cierto es que los artistas callejeros son toda una tradición para la capital. Perderlos sería una pequeña tragedia para ella, y una grande para los músicos que dependen de poder hacerse escuchar en este tipo de espacios. En teoría la decisión de quitar los altavoces podría revisarse en los primeros meses del 2023, pero no se ven demasiadas señales de que haya interesados en el tema.