El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha asegurado este jueves que no tiene «ningún inconveniente» en comparecer ante el Parlamento Europeo para dar explicaciones por los incidentes que dejaron al menos 23 migrantes muertos y decenas de desaparecidos en el intento de salto de la valla de Melilla desde Marruecos el pasado junio, si bien ha insistido en que es partidario de esperar a que concluyan las investigaciones en curso.
«He comparecido en dos ocasiones ante el pleno del Congreso y tampoco hay ningún inconveniente en caso de que interese mi comparecencia ante LIBE (comisión de Libertades Civiles, Justicia e Interior) del Parlamento Europeo ni donde sea», ha asegurado Marlaska, en declaraciones a la prensa en Bruselas, a donde asiste a una reunión de ministros europeos de Interior.
Precisamente este pasado lunes, la comisión LIBE acordó en una reunión de coordinadores repetir la invitación al ministro para que asista a un debate con los eurodiputados sobre lo ocurrido en la tragedia de Melilla, después de que declinara participar en una primera sesión celebrada el pasado noviembre con la directora general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Estrella Galán, y con el vicepresidente de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), Omar Naji.
En este contexto, Marlaska ha defendido que el Gobierno ha sido «absolutamente transparente» con lo sucedido y ha reiterado que fue una «tragedia que no debería haber sucedido», pero que no hubo víctimas en territorio español y que la Guardia Civil respondió con «absoluta legalidad, proporcionalidad y necesidad» ante una situación de «extremada violencia».
El ministro también ha recordado, en línea con sus explicaciones a la Eurocámara cuando declinó la primera invitación, que en su opinión «habría que esperar» a que se finalizaran las investigaciones que están llevando a cabo sobre lo sucedido tanto la Fiscalía General del Estado como el Defensor del Pueblo en España.
En el primer debate en la comisión eurparlamentaria, tanto el CEAR como AMDH denunciaron una «tragedia sin precedentes en la frontera de la UE» y criticado la pasividad de las autoridades españolas ante una situación de «violencia desproporcionada».
Según datos de las dos organizaciones, el 24 de junio murieron al menos 23 personas -cifras oficiales que ellos elevan a 37–, otras 77 siguen desaparecidas y se realizaron «al menos 470 devoluciones sumarias», sin atender a los heridos ni dar oportunidad a pedir asilo. Sólo 134 migrantes lograron llegar a territorio español en donde esperan a que sus peticiones de protección internacional sean examinadas, de acuerdo a lo expuesto por CEAR.