Todos conocemos esa pesadilla, en primera o segunda persona: nos gusta ir de compras, pero esa vez tenemos que ir con niños. Ya sea con nuestros propios hijos, con nuestros hermanos pequeños,, o con sobrinos. Da igual, porque algo placentero puede convertirse en todo un caos del que te arrepentirás, como le pasó a alguna de estas personas
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