Hoy me ha llegado la noticia del fallecimiento del hijo de una persona de mi entorno, casi un niño por cáncer.
No importa el tipo de cáncer, pero es el tipo de noticias que sientes en tu corazón un desgarro de dolor brutal al ponerte en la situación de esa familia.
Su muerte es un acto de tal dureza, de tal injusticia, de tal frustración que no sabes cómo asimilarlo y qué consuelo se puede expresar a una familia que lleva meses sufriendo y que la vida le ha preparado tan triste suceso.
En España, el cáncer es una de las principales causas de mortalidad. El número de cánceres diagnosticados en España en el año 2022 se estima que alcanzará los 280.100 casos según los cálculos de REDECAN, lo que supone un ligero incremento con respecto a los años anteriores. Al igual que se espera un incremento en la incidencia del cáncer a nivel mundial, en España se estima que en 2040 la incidencia alcance los 341.000 casos. Sin embargo, igual que a nivel mundial, la realidad del año 2022 puede ser ligeramente diferente, ya que esta estimación no incluye el posible efecto de la pandemia de la Covid-19. Como las estimaciones de la incidencia se realizan a partir de proyecciones realizadas con datos de años anteriores, las estimaciones de la incidencia presentadas en las cifras del cáncer en España 2020 muy probablemente no se correspondieron con la que finalmente fueron en realidad. Por ejemplo, a causa de la pandemia de la Covid-19 los programas de cribado de cáncer se vieron afectados en mayor o menor grado por lo que, con toda probabilidad, el número de cánceres colorrectales y de mama finalmente diagnosticados en 2020 fue menor al esperado. Del mismo modo, no está claro cómo todo esto afectó al número de diagnósticos de cáncer del año 2021 y cómo afectará al 2022.
Pero lo más preocupante de los datos es que se estima que entre 2020 y 2040 se producirá un incremento de casi un 50% en los nuevos diagnósticos de cáncer en el mundo, y, de estos, un porcentaje significativo corresponderán a pacientes jóvenes.
De hecho, los expertos advierten sobre una ‘epidemia’ que amenaza cada vez a más personas menores de 50 años.
Existen ya una serie de protocolos al respecto. Cuando el cáncer ya no puede ser controlado, la atención de la persona enferma se centra con especial cuidado en mejorar tanto su calidad de vida como la de sus familiares, y en mantener el bienestar de ellos durante las semanas o meses siguientes.
Los medicamentos y tratamientos que reciben las personas durante el periodo final de su vida pueden controlar el dolor y otros síntomas, tales como el estreñimiento, las náuseas y la falta de aliento. Algunas personas permanecen en el hogar cuando reciben estos tratamientos, mientras que otras son internadas en un hospital o en otro establecimiento. De cualquier modo, existen servicios que ayudan a los pacientes y a sus familias con los problemas médicos, psicológicos, sociales y espirituales relacionados con la muerte.
El período al final de la vida es diferente para cada persona. Las señales y síntomas que las personas presentan varían a medida que su enfermedad continúa, y cada persona tiene necesidades únicas de información y de apoyo.
La comunicación sobre los cuidados en este tramo y las decisiones que se toman durante los últimos meses de vida del paciente son muy importantes. Por ejemplo, si una persona con cáncer avanzado habla con tiempo con su médico de sus opciones de cuidado, su tensión disminuye y su capacidad para sobreponerse a la enfermedad aumenta. Los estudios indican también que los pacientes prefieren una conversación abierta y honesta con su médico acerca de las alternativas en cuanto a cuidados al final de su vida y sienten más satisfacción cuando tienen esta conversación.
Expertos recomiendan firmemente que los pacientes completen sus instrucciones por adelantado, las cuales son documentos que establecen los deseos de una persona en cuanto a su cuidado. Estos documentos designan también a una persona que el paciente elige para tomar decisiones relacionadas con su cuidado cuando ya no tenga la capacidad para hacerlo. Es importante que las personas con cáncer tomen estas decisiones antes de que se pongan tan enfermas que no puedan tomarlas. Sin embargo, si una persona llega a ese punto antes de haber completado las instrucciones por adelantado, es útil que los familiares que la cuidan sepan qué tipo de atención quisiera recibir su ser querido.
Como es lógico los psicólogos establecen que, en la mayoría de los casos, el vacío y el dolor son tan profundos que les quitan las ganas de vivir y los sumergen en un abismo del que no creen que sea posible salir. Sin embargo, aunque el tiempo no siempre cura todo, a medida que pasan los meses, el dolor se va mitigando y en su lugar se instaura una nostalgia que aparece sobre todo cuando sobreviene el recuerdo de la persona.
Es cierto que, aunque pasen los años, el dolor por la pérdida de un hijo siempre permanece, pero es algo con lo que los padres pueden aprender a vivir.
Las antiguas civilizaciones, creían en la vida después de la muerte; por eso enterraban a sus muertos con sus propiedades, comida e incluso con sus esclavos, siervos y medios de transporte.
Muchas religiones, hablan de la muerte como un paso a una vida mejor. ¿La muerte ni es ni debe ser el final? Cuando alguien desaparece, su esencia y sentido no deberían irse con ella, ¿irse es un final o un principio? Pasa de ser la idea de ser humano a ser idea. ¿Han muerto Platón, Aristóteles, Kant…? ¿Acaso las historias de nuestros abuelos y padres, sus besos, sus abrazos, no los sentimos todavía?
La muerte, esa palabra, ese hecho que tanto nos aterra, que tanto pedimos que llegue cuanto más tarde mejor, no debe dar miedo, porque igual que el fallecido nosotros también podemos desaparecer, pero siempre, siempre, continuaremos vivos.
Tampoco perdamos la fe en la medicina con las nuevas técnicas se podrían matar una amplia gama de células cancerosas, incluidas las de mama y próstata.
Un grupo de científicos en Reino Unido trabaja en un método que ofrece nuevas esperanzas para obtener un tratamiento de inmunoterapia contra todo tipo de cáncer.
Investigadores de la Universidad de Cardiff encontraron que una parte del sistema inmune humano puede ser aprovechado para eliminar la enfermedad.
En pruebas de laboratorio, el método ha sido exitoso para tratar el cáncer de próstata, de mama, de pulmón y otros tipos.
En todo momento las palabras son fe y dignidad. Los enfermos con fe en poder curarse y nuestros enfermos incurables en morir tan dignamente como vivieron así les damos vida.
Lo cierto es que vivir de recuerdos arrastra una muerte interminable y la mayor pérdida de la vida es lo que muere dentro de nosotros mientras vivamos.