Son muchos los monumentos templarios que aún hoy en día pueden visitarse en España, castillos, ermitas y templos que guardan misterios difíciles de explicar. La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Salomón, cuyos miembros eran conocidos como caballeros templarios fue una de las más poderosas durante la Edad Media. Fundada hacia 1118 o 1119 por nueve caballeros franceses a los que lideraba Hugo de Payns, su propósito inicial era el de proteger a las personas que decidían peregrinar hasta Jerusalén.
En el año 1129, la orden fue aprobada oficialmente por la Iglesia Católica en el Concilio de Troyes. Desde ese momento la orden de los caballeros templarios no dejó de extenderse y de hacerse cada vez más poderosa. Los caballeros templarios se distinguían fácilmente gracias a su mat blanco en el que llevaban una cruz de color rojo. Sus miembros eran avezados militares que participaban en las cruzadas. Pero en el año 1312, el Papa Clemente V, no solo disolvió la Orden, sino que emprendió la persecución de los templarios.
2El Castillo de Peñíscola uno de los monumentos templarios
Al norte de la Comunidad Valenciana se encuentra la ciudad de Peñíscola. El Castillo fue construido por los templarios entre los años 1294 y 1307 en la parte más alta del peñón. Peñíscola es en sí misma una ciudad fortaleza pues está enteramente amurallada y unida a la tierra solo por una lengua de arena, de hecho se la conoce como “la ciudad en el mar”.
Como muchos de los monumentos templarios, este castillo fue construido de modo semejante a los que la orden había construido antes en Tierra Santa.
Hoy en día se valora especialmente por conservar muchas de las particularidades características de los monumentos templarios. Situado en una posición estratégica cuenta con un amplio patio de armas Fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931. Tiene un perímetro de 230 metros y una altura de 20 metros. El recinto amurallado cuenta con tres puertas: Sant Pere (San Pedro) o del Papa Luna, Portal Fosc o de Felipe II y la puerta de Santa María, esta última del siglo XVIII.