La situación en España no es fácil para nadie, menos para las familias. Esto provoca, casi como en efecto dominó, que la natalidad se sitúe como nunca se había visto antes… y no para bien, precisamente. Podemos decir que la tasa de fecundidad y nacimientos en nuestro país ha caído a niveles donde los registros ni se encontraban.
Es verdad que esta realidad se solapa con fuertes crisis, tanto económicas como de sanidad con la reciente Covid-19. Sin embargo, este aspecto es algo que sigue preocupando a nuestro país pues, si nos remontamos por ejemplo al año 1975, esa tasa de fecundidad se encontraba en el 2,9 hijos, mientras que con los datos y registros de años como el de 2019 o este 2022, esto ha llegado a que no se superen los 2, en concreto, a 1,24 hijos por mujer.
Un número de nacimientos que continúa así con la tendencia a la baja de la última década, sólo interrumpida en 2014. Desde el año 2009 la cifra de natalidad ha descendido un 27,3%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Desde 2009, las cifras de natalidad han descendido un 27,3%, hoy en mínimos históricos
Pero lo peor viene también si miramos los datos del mismo INE, en el que se refleja cómo España presenta un crecimiento vegetativo de la población (nacimientos menos defunciones) con saldo negativo de 57.146 personas.
Esto sitúa la tasa bruta de natalidad (o tasa de natalidad) en el 7,6 nacimientos por cada mil habitantes. La bajada de la tasa de natalidad supone más presión para la sostenibilidad a largo plazo del pago de las pensiones.
Asimismo, lo que se observa es que en el primer semestre de este 2022, en España solo han nacido un total de 159.705 niños, cifra que también representa casi un millar menos de los que lo hicieron en el mismo periodo de 2021 (160.681) y supone un descenso de la natalidad en el país hasta mínimos históricos.
Las desigualdades de oportunidades, la inestabilidad laboral y la precariedad económica, principales motivos
De hecho, si nos regimos por casos concretos, vemos que por ejemplo el mes de junio redujo en más de 45.000 la natalidad en España con respecto a años como el de 2021 y en más de 75.000 con 2019, sin ir más lejos.
También está febrero, que fue el peor en cuanto a número de nacimientos, cuando solo se contabilizaron 24.836; este es el menor número de nacimientos se han registrado desde que se encuentran datos de natalidad, en el año 1941.
Entre los problemas que se vienen dando en este sentido que explicarían los bajos números de nacimientos, se encuentran las desigualdades de oportunidades en relación con la fecundidad, al tiempo, obviamente, que aparecen motivos que se dan igual de presentes que en los últimos tiempos: los estudios, la inestabilidad laboral y la precaria situación económica, que siguen figurando como los principales motivos.
España se suma a la tendencia a la baja que lidera Japón
De todas formas, tenemos que decir que la complicada situación que vive España en cuanto a natalidad no queda solo ahí. Y es que, tal y como apuntan los últimos estudios, España es junto con Italia y Japón el país donde la baja natalidad es tendencia.
Esto se da, también, con los que en Europa son los países más afectados por la recesión de 2008, mientras que la tendencia es diametralmente opuesta en Alemania y los países nórdicos. Un caso de la que de ninguna de las maneras se quiere llegar es a las cifras de Japón, donde en el país nipón la tasa de fecundidad decreció por sexto año consecutivo a 1,3, la cuarta más baja registrada seguida de Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur, y contando con poco más 800.000 nacimientos en 2021, un récord de caída d ela natalidad, según Jiji Press.
Un país en el que casi el 30% de la población tiene más de 65 años, a través de una baja fertilidad persistente en la que se observa, también, cómo la población japonesa está disminuyendo rápidamente.
El plan japonés para crecer el número crecimiento de nacimientos
De todas formas, el país nipón sabe que no pueden continuar así, por lo que el Gobierno asiático ya está en marcha para que esto cambie, algo de lo que, quizás, España podría atender. Hablamos de ayudas a las familias, como servicios de búsqueda de pareja, gestionados por personas, y algunos han introducido diversos sistemas de inteligencia artificial con la esperanza de que realicen un análisis más sofisticado de los formularios con los que los usuarios envían sus datos.
En este sentido, lo que sabemos es que uno de los aspectos que incide en la baja de la natalidad nipona tiene relación con el rol ‘tradicional’ de la mujer japonesa, que generalmente se encarga de la mayor parte de los deberes del hogar y también de la crianza de los hijos… pero sin ayuda por parte del hombre.
Ante esto, el gobierno realizará, desde el próximo 2023, campañas por una mayor participación de los padres en el hogar, poner en marcha incentivos para las madres trabajadoras y propiciar una ‘cultura empresarial’ favorable, como explicó el presidente del país, Fumio Kishida.
La contraparte de España, no obstante, se da en que los españoles somos los que tenemos la esperanza de vida más alta, sólo por detrás de Japón y Suiza. ¿Llegará el momento en el que esta situación se revierta? ¿Seguirá nuestro país planes ‘a la japonesa’ para configurar esta gran problemática?