San Eloy inicio su vida como aprendiz de platero, pero por causa de sus acciones, y por su fe y dedicación, llegó a convertirse en el Obispo de Noyon y de Torunay, y ahora es el santo patrón de los joyeros y los orfebres.
De acuerdo con la información que nos suministra el Instituto Nacional de Estadística español, hoy celebran su onomástico alrededor de 18.500 caballeros que fueron bautizados con el nombre de Eloy, y puede que alguno de ellos sea un pariente o un amigo al que debas felicitar hoy 01 de diciembre.
San Eloy
A pesar de tener unos inicios humildes como aprendiz de platero, San Eloy llegó a convertirse en consejero de la Corona francesa, y tiempo después llegó a ser consagrado como el Obispo de Noyon Y Tornuay, convirtiéndose en un destacado hombre de la Iglesia Católica. Siendo muy joven demostró tener mucha inteligencia y una habilidad en la utilización de sus manos.
Fue esa destreza con las manos la que le permitió adquirir pronto un puesto como aprendiz de repujador de artículos de plata. De acuerdo con lo que se ha conservado de la historia de su vida, se cuenta que su actividad en esa tarea era igual que la de los artesanos antiguos, martilleando el metal hasta obtener la figura que cada artista se representaba en la mente.
Llegó a tener tal reputación, que el rey Clotario II, el hijo de éste y el nieto, Clovis II, se sirvieron de su arte para realizar trabajos en metales preciosos para la Corte. Pero no sólo destacó por su habilidad, sino también por su honradez, el espíritu que tenía y sus costumbres cristianas, lo que llamó poderosamente la atención de los nobles franceses.
Básicamente, San Eloy demostraba su fe en Cristo más con las obras que con las palabras, era piadoso y coherente, y todas estas virtudes lo llevaron a ser muy valorado. Gracias a estas virtudes, el rey Dagoberto analizó los pros y los contras de todas las personas que tenía a su disposición y concluyó que el candidato ideal para para encontrarle solución a un inconveniente que tuvo con un conde en Bretaña.
Por esa razón, envió a Bretaña a San Eloy, con el cargo de legado, y la elección fue excelente, porque el resultado de sus gestiones resultó ser favorable para el rey. A partir de allí, San Eloy fue reclamado como consejero de la Corona de manera habitual. Igualmente, era un hombre que tenía por costumbre rezar privadamente todos los días y compartía sus ganancias con los más necesitados.
Ayudó a muchas causas para sostener la obra de Dios
Además, con los ingresos que obtenía por su trabajo, pudo patrocinar a la Abadía de Solignac, de Lemosin y, en la ciudad de París, la Iglesia de San Pablo. En razón de ello, para nadie fue una sorpresa que cuando falleció el boso de Noyon y Tornuay, el pueblo propusiera como su sucesor a San Eloy, lo cual también fue apoyado por el rey Clovis II, quien influyó mucho en su nombramiento.
Tras ser nombrado y aceptar el cargo, San Eloy fue ordenado como clérigo y se consagró a la labor del Obispado, dedicándose por completo desde ese momento a las obras de Dios y de la Iglesia, por los 19 años que siguieron. Tras fallecer, rápidamente los herradores, metalúrgicos, plateros, orfebres y los que hacen joyas artesanales de plata lo adoptaron como santo patrón.
Además de San Eloy, el 01 de diciembre el Santoral Católico se completa con los nombres de otros santos y beatos que también se convirtieron en ejemplos a seguir por sus hermanos, entre los que podemos mencionar:
San Agerico, San Alejandro Briant, San Ansano, Santa Cándida, San Castriciano, San Domnolo, San Edmundo Campion, San Eligio, Santa Elvisa, San Evasio, Santa Florencia, San Hildeberto, San Juan mártir, San Leoncio de Frejus, San Lucio, San Nahúm, Santa Natalia Mártir, San Próculo, San Rodolfo Sherwin, San Rogato, Beato Antonio Bonfadini, Beato Carlos de Foucauld, Beato Casimiro Sykulski, Beata Clementina Nengapeta Anuarite, Beato Juan Beche, Beata Liduina (Elisa Anagela) Meneguzzi y Beato Ricardo Langley.