La bronquiolitis se trata de una afección de tipo pulmonar que se presenta comúnmente en niños muy pequeños y en bebés, que produce una inflamación y una congestión en las vías respiratorias pequeñas, llamadas bronquiolos, que se encuentran en los pulmones. Normalmente es causada por un virus, siendo muy usual que se presente en la época de invierno.
¿Cómo empieza una afección por bronquiolitis?
Empieza como síntomas muy parecidos a los que producen los resfriados comunes, pero entonces, se comienza a sufrir de tos, sibilancia o ruidos en los pulmones y, en ocasiones, con dificultades para poder respirar. Estos síntomas producidos por la bronquiolitis, tienen una duración que puede ser de días, e incluso semanas.
Lo cierto es que se trata de una dolencia que es tratable, y la mayor parte de los niños se recuperan con los cuidados que les son dados en casa, y algunos padres usa la haloterapia como tratamiento natural para combatirla, por lo que muy pocos de ellos requerirán de acudir a un servicio de emergencia.
¿Cuáles es la causa de una bronquiolitis?
Una bronquiolitis es causada por un virus que logra infectar a los bronquiolos, las vías respiratorias más chicas en los pulmones. Es una infección que produce que los bronquiolos se inflamen y se hinchen, entonces se producirá una mucosidad que se ira acumulando en esas vías respiratorias, dificultando el paso libre de aire hacia adentro y hacia afuera de los pulmones.
La mayoría de los veces, la bronquiolitis es causada por el llamado virus sincicial respiratorio, un virus respiratorio muy común, que logra infectar a los niños pequeños hasta que cumplen los dos años de edad. Este brote normalmente se presenta en la época de invierno, y es posible que un niño se reinfecte con este mismo virus, porque una infección previa no causa una inmunidad que sea duradera.
Pero, la bronquiolitis puede ser causada igualmente por otros tipos de virus, como los que generan un resfriado común o una gripe estacional. Este tipo de virus se propaga de manera muy rápida y fácil, por gotículas en el aire, si un individuo está enfermo y estornuda, tose o habla muy cerca del niño. Y según los especialistas, debemos prepararnos, porque han dicho que se acerca la campaña de gripe más grave en los últimos años.
Otra manera de infectarse es tocando aquellos objetos que normalmente se comparten, como juguetes, toallas o cualquier utensilio infectado y luego el niño se lleva las manos a la cara, tocándose la boca, la nariz o los ojos.
¿Cómo se presentan los síntomas de una bronquiolitis?
Los síntomas con los que puede llegar a sospecharse de que un menor ha contraído el virus de la bronquiolitis que debemos observar son:
- Presencia de un fuerte catarro.
- Congestión nasal.
- Tos
- Fiebre leve, aunque no necesariamente este síntoma siempre se hace presente.
Si se observan estos síntomas en el niño y pasa una semana sin que desaparezca, sino que, por el contrario empeoran, al punto de observar que el niño tiene dificultades para respirar bien o se escucha una sibilancia al momento en el niño exhala, esto es, que se sienten ruidos en su pecho, entonces es casi seguro de que ha contraído el virus de la bronquiolitis. Y si se trata de un bebé, es común que también contraiga una infección en los oídos, una especia de otitis media.
¿En qué momento se debe acudir a la consulta con el médico?
Hay que observar el comportamiento del pequeño, como si resulta difícil que el niño beba o coma como lo hace normalmente, así como que su respiración se sienta más rápida y parezca que tiene dificultades, no debes perder más tiempo, ponte de inmediato en contacto con su pediatra.
Esto debe hacerse de inmediato si se trata de un bebé que tiene menos de doce semanas, o si se encuentran presentes otros factores riesgosos de que contraiga el virus de bronquiolitis, como que haya nacido de manera prematura, o sufre de una afección pulmonar o cardíaca.
¿Se puede volver un asunto de emergencia?
Claro que sí, será necesario acudir a un servicio de emergencia hospitalaria, cuando el pequeño exhiba estos síntomas:
- El pequeño se rehúsa a beber los líquidos necesarios.
- Respira muy rápidamente cuando bebe o come.
- Tiene un aspecto letárgico o se le ve muy lento.
- Respira con dificultad, lo que puede saberse al observar si sus costillas se contraen hacia el interior cuando inhala.
- Respira muy rápidamente y de forma superficial, y lo puedes medir, ya que si tiene más de sesenta respiraciones por minuto, estará sufriendo de una condición que recibe el nombre de taquipnea.
- La piel del pequeño se torna azul, en particular en las uñas y los labios, condición que se conoce como cianosis.
¿Existen factores de riesgo?
Como antes indicamos, la bronquiolitis normalmente afecta a niños pequeños, que sean menores de los dos años. Pero los que corren el mayor riesgo de contraerla son los bebés menores a los tres meses, debido a que sus pulmones y su sistema inmune no se encuentran completamente desarrollados para enfrentar al medio ambiente y los virus que se encuentran presentes en él.
No obstante, además de lo antes indicado, existen ciertos factores que hacen posible que un pequeño contraiga más fácilmente una bronquiolitis en caso de los niños lactantes, entre los que se encuentran:
- Nacimiento prematuro.
- Presencia de una dolencia pulmonar o cardíaca subyacente.
- Sistema inmune deprimido.
- Exponerlos al humo de cigarrillos.
- No haber recibido leche materna, porque aquellos que son alimentados naturalmente reciben la inmunidad de sus madres.
- Tener múltiples contactos con otros infantes, por ejemplo, en un centro de cuidado.
- Permanecer mucho tiempo en espacios muy concurridos.
- Tener hermanos que pueden traer a casa la infección desde la escuela o desde un centro de cuidado.
¿Hay complicaciones que se puedan presentar?
Un caso de bronquiolitis se puede convertir en algo muy grave cuando se presentan las siguientes complicaciones:
- Cianosis, esto es, piel, uñas o labios azules, lo que es causado por insuficiencia de oxígeno.
- Apnea, que se manifiesta porque el infante realiza pausas en su respiración. Este síntoma suele presentarse a bebes prematuros que contraen la bronquiolitis, y en los dos primeros meses de vida de cualquier bebé.
- Deshidratación.
- Insuficiencia respiratoria con bajos niveles de ingreso de oxígeno.
Si estas complicaciones se presentan, lo más seguro es que el pequeño deba ser hospitalizado, no sólo para recibir el tratamiento adecuado, sino para ser debidamente monitorizado. Si la insuficiencia respiratoria es muy seria, podría requerir que se le inserte un tubo endotraqueal para ayudarlo a respirar, hasta que la afección desaparezca.
¿Se puede prevenir esta clase de infecciones?
Por supuesto, y las medidas que se deben tomar tienen mucho sentido común, en particular cuando se tiene un bebé pequeño, como lavarse las manos al entrar en contacto con él, mantener limpio todo lo que rodea al pequeño, que no comparta sus utensilios ni sus juguetes con nadie, evitar que esté en contacto con personas que estén resfriadas o tengan fiebre y no toser ni estornudar encima de él.