El hierro es un mineral de absoluta importancia para nuestro organismo, de hecho, es una de las bases necesarias para que nuestra sangre esté bien. Tener un nivel inferior de este mineral, hace que el grado de hemoglobina en la sangre se reduzca, lo que nos puede llevar a sufrir de anemia y eso para nada es bueno para el cuerpo.
5¿Cómo se asimila mejor?
El hecho de que estés tomando complementos de hierro no garantiza que todo lo que estás tomando va a ser asimilado, así que en lugar de gastarte el dinero en costosos medicamentos, mejor lo empleas que aquellos alimentos cuyo contenido de férrico resulta más asimilable para el organismo.
La alimentación adecuada es la mejor manera de proporcionar este mineral al organismo, pero no de cualquier manera, porque se debe considerar que cantidad éste mineral es capaz de absorber el organismo y si el que contiene un determinado alimento puede ser absorbido en su totalidad, para lo cual debes saber el tipo de hierro presente en los alimentos, que se clasifica de dos maneras diferentes:
- Hierro hemo: procede de alimentos que tienen origen animal, esto es mariscos, pescados y carnes. Se trata de un tipo de hierro que se asimila más fácilmente por el organismo, por lo que es entre 2 a 6 veces más biodisponibe que la otra forma.
- Hierro no hemo: proviene de los vegetales, como los cereales, las legumbres, o las verduras que tienen hojas verdes. Se trata de alimentos necesarios para la conformación de la dieta diaria, equilibrada y nutritiva, pero el contenido férrico que estos tienen no es absorbido por el organismo en su totalidad. De hecho, sólo se llega a absorber entre un 2% y un 10% de su contenido total de hierro.
La razón por la cual la cantidad de mineral no hemo no es absorbida totalmente por el organismo, es que los productos vegetales poseen algunas sustancias que dificultan este proceso, entre las que se encuentra en ácido fítico, que se encuentra en los cereales integrales, los garbanzos y las lentejas; el ácido oxálico del chocolate, los espárragos, las coles, las acelgas y las espinacas, y los taninos que están en el vino, el café y el té.