El ministro José Luis Escrivá lleva tiempo poniéndose en contra a los trabajadores, tanto a los autónomos, con quienes están en un preacuerdo que todavía no convence en relación a la cuota mensual según sus ingresos reales, como a los propios asalariados.
Es con estos últimos precisamente con los que ha tenido una última revisión sobre el empleo y que ha visto cómo tanto los empresarios como los propios trabajadores no han acogido a bien una idea que afecta a sus nóminas.
A la vez, esto tiene que ver con las cotizaciones en la que la vía planteada por el ministro José Luís Escrivá para amortiguar el incremento esperado en el gasto en prestaciones es subir las cotizaciones sociales que pagan los trabajadores durante su vida laboral.
El ministro Escrivá pretende que desaparezcan las bases máximas
En ello, y en lo relación a los trabajadores, todos están obligados a cotizar a la Seguridad Social. En el caso de los asalariados, lo hacen al Régimen General, donde su base de cotización dependerá de su salario bruto (tanto monetario como en especie).
El planteamiento tiene dos fases: una es aumentar 0,5 puntos dichas contribuciones durante una década, para así alimentar la hucha en pensiones, tal según recoge el documento trasladado a los agentes sociales.
Con todo, lo que busca el del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, en conjunto con el visto bueno del resto del Gobierno, no es otra cosa que destopar la base de cotización, de manera que desaparezcan las bases máximas y cada cual cotice por todos sus ingresos del trabajo.
El ministro ha insistido en que la pensión máxima en España es «relativamente baja» en el sistema contributivo, pues está en torno a los 40.000 euros anuales. En este sentido, ambas subidas se realizarán descontando las subidas ya previstas de 2023 y tienen el foco puesto en el largo plazo, como un periodo transitorio para alcanzar el nivel de aportación de otros países europeos.
Por cada euro que cobren por encima de los 58.000 euros, la Seguridad descontará el 4,8% de la nómina
Por otra lugar, esta medida tiene una nueva parte. Así, esto llega hacia el que es uno de los planteamientos que buscan materializar el ministro de Seguridad Social a la par que el Ejecutivo de Gobierno, con Escrivá al frente de esta medida, y que es también para los trabajadores y para cualquier persona que cobre por encima de los 57.951,6 euros anuales.
Estos superados 57.000 constituyen la base máxima de cotización, según la información que maneja Libre Mercado. O lo que es lo mismo; a esos trabajadores, por cada euro que cobren por encima de esos casi 58.000 euros, la Seguridad Social les va a descontar el 4,8% de la nómina.
Esto se haría través de un impuesto que podría ver pronto la luz, una carga impositiva que ha generado malestar, como han visto las primeras reacciones.
Afectará a más de un millón de personas
Todo al tiempo que la empresa verá incrementados sus costes laborales en alrededor del 30%. Por su parte, y tal y como se puede observar en los registros de la Seguridad Social, esta es una medida que afecta a más de un millón de personas de toda clase trabajadora.
La otra derivada de esta modificación tiene que ver con las pensiones, en las que hoy se calcula teniendo en cuenta los últimos 25 años cotizados por los trabajadores. Aquí desde el equipo de Escrivá han ponderado diferentes opciones, como pasar de 25 a 28 años.
Esta es una práctica que se quiere llevar a cabo derivada del progresivo aumento de la esperanza de vida y el desequilibrio entre el número de personas jubiladas y las que están en edad de trabajar, la cual lleva a una disminución de la hucha de las pensiones sociales cada vez más acelerado.