El comer rápido parece una “mala costumbre” propia del ritmo de vida acelerado que llevamos hoy día, muchas personas deben comer en el trabajo, y el tiempo que dedican no sobrepasa los 30 minutos, otras personas incluso llegara comer en el coche, y no degustamos los alimentos y mucho menos los procesamos de la manera correcta, dejándole a una gran responsabilidad al organismo, lo que puede resultar realmente perjudicial para la salud.
Según la representante de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, Clara Joaquim, “una alimentación saludable no depende únicamente de los alimentos que componen nuestro menú”, sino del tiempo que invertimos en comerlos y como lo hacemos. Una frase que sin lugar a dudas engloba la importancia del acto de comer con tranquilidad y dedicando el tiempo que se merece.
Y es que la velocidad con la que comemos influye en el normal funcionamiento de nuestro organismo y también en nuestra vida social, por estas razones te contamos a continuación algunos motivos por las que no deberías comer rápido.
2Dolores estomacales producto de una mala digestión
Cuando comemos rápido, por lo general no masticamos de manera correcta los alimentos, pasan al estómago y luego al intestino con un tamaño que requiere que tanto el estómago como el intestino realicen un esfuerzo mayor para digerirlos, esto obviamente incide en la velocidad del proceso digestivo y en el incremento de las molestias estomacales, como los desagradables dolores a nivel intestinal y estomacal. Es importante destacar además que si padeces alguna enfermedad digestiva como ulceras, gastritis o reflujo intestinal, el hecho de comer rápido puede incidir directamente incrementando los síntomas.