Las Santas María y Flora fueron dos mártires que se hicieron amigas al haberse conocido en la iglesia de San Acisclo y por su fe sufrieron juntas la decapitación cuando se negaron a renunciar a su fe en Jesús. Fueron vírgenes y forman parte de los mártires de Córdoba, a quienes se les tiene una gran veneración.
De acuerdo con la información aportada por el Instituto Nacional de Estadística de España, hoy celebran su santo alrededor de 7.700 damas que fueron bautizadas con el nombre de Flora y tenemos una nueva oportunidad para felicita a todas la que han sido bautizadas con el nombre de María, que en nuestro país son más de 600.000, así que seguramente, entre tus familiares, amistades y conocidas tienes a alguna de ellas, y hoy es el día para tener un detalle con ellas.
Santas María y Flora
Las Santas María y Flora forman parte de los santos mártires de Córdoba que son recordados y venerados en esa ciudad. La historia de Flora es una historia de traición familiar, porque fue su propio hermano el que la denunció ante el Cadí, que era como se llamaba al Juez en los territorios ocupados por musulmanes, por ser cristiana, ya que desde muy temprana edad había sido educada e instruida en la fe.
Este Cadí la llamó a ante su presencia, y al serle confirmado por ella misma que era cristiana, se ordenó que fuera castigada con azotes allí mismo, para que él lo pudiera presenciar, pero Santa Flora se mantuvo fiel a sus creencias, y debido a que fue considerada una persona terca, las autoridades musulmanas acordaron que sería sometida a la autoridad de su hermano, el que la denunció.
A partir de allí, toda su vida fue tener que soportar las vejaciones y las humillaciones a las que la sometía su hermano, siempre con la finalidad de lograr que renunciara a su fe cristiana. Para ese mismo tiempo, Santa María se encaminaba a la iglesia de San Acisclo, con la firme intención de dedicar toda su actividad en vida a la oración.
A los pies del altar de San Acisclo fue que las Santas María y Flora trabaron conocimiento y al juntarse las Santas María y Flora unieron sus fuerzas y tomaron rumbo a la residencia del Cadí musulmán, que ya las había castigado, para manifestar nuevamente de manera pública que profesaban la fe en Cristo.
La decisión de inmolarse
Luego de llevar a cabo este acto valiente, las Santas María y Flora fueron condenadas a morir decapitadas, y luego de ser ejecutadas, se ordenó que los cuerpos de estas mártires fueran expuestos en público, como escarmiento para los demás cristianos, para que fueran devorados por las aves y los perros. Pero al siguiente día fue ordenado que arrojaran los cuerpos de las Santas María y Flora al río Guadalquivir.
El 24 de noviembre no se recuerda únicamente a las Santas María y Flora, sino que el Santoral Católico debe ser completado con muchos otros hombres y mujeres que murieron en la defensa de la fe, o que durante su vida realizaron obras que contribuyeron a que la misma se esparciera por el mundo, así que hoy también es el día en que se conmemora la vida de:
San Agustín Schoeffler, San Alberto de Lovaina, San Alejandro mártir, Santos Andrés Dung Lac y compañeros, San Colmano de Uama, San Crescenciano mártir, San Crisógono de Aquileya, Santa Firmina de Amelia, San José Tuan, sacerdote, San Juan Luis Bonnard, San Lucas Vu Ba Loan, San Porciano, San Protasio, San Romano, Beato Balsamo de Cava, Beata Inés Tsao Kui, San José Nguyên Van Luu, Beata María Ana Sala, Beata Niceta de santa Prudencia Plaja Xifra y compañeras.