Hay que recordar que la fiebre no es una enfermedad en sí misma, sino que se trata de un síntoma de que estamos padeciendo de una enfermedad. Se trata de un mecanismo que utiliza el sistema inmune para defenderse ante la presencia de ciertos agentes externos, que están provocando en nuestro cuerpo infecciones víricas, infecciones bacterianas, estrés y otras condiciones que la hacen aparecer.
¿Cuál es la causa más frecuente de la aparición de la fiebre?
Ha podido llegar a determinarse que la causa más frecuente por la que aparece la fiebre, prácticamente en el 90% de los casos es por la presencia de una infección vírica. Sin embargo, cuando un niño manifiesta que tiene fiebre, que se siente mal, puede ser que efectivamente esté sufriendo de esa condición.
Pero también puede ocurrir que nos esté engañando, o se lo esté inventando, para no tener que cumplir con alguna obligación, o porque tenga que realizar una actividad que para él es muy estresante, entonces se escuda en la excusa de que está enfermo, que tiene fiebre, para no tener que realizarla.
Pongamos por caso, que el niño no quiere ir a la escuela al día siguiente, o que no quiere participar de una actividad programada por la familia, como salir de día de campo o ir a hace las compras en compañía de sus padres, ya que prefiere quedarse en casa jugando videojuegos.
En estos casos, debemos poder tomar ciertas medidas, para poder verificar que el niño no se está inventando que tiene fiebre y evitar cumplir con sus obligaciones.
¿Hay que aprender a reconocer las señales?
Como la fiebre es un síntoma de otra enfermedad, hay que examinar a conciencia al niño, por si acaso exhibe otros síntomas que la acompañen, porque hay cosas que pasan en tu cuerpo si tienes fiebre, y lo primero que siempre se nos ocurre es tocarle la piel en la frente o en el cuello para determinar si se encuentra caliente cuando la toquemos.
Otro signo es que el niño que normalmente es activo, ya tiene algún rato sin jugar ni moverse y está muy quietecito mirando la televisión, muestra signos de somnolencia. Otro aspecto que se debe analizar es si ha comido de la misma forma en que siempre lo hace, o dejó la comida en el plato. También puede ser que se haya resfriado, en cuyo caso mostrará otros signos, como la nariz tapada y los ojos lloroso o rojos.
Además, es posible que muestre una duración que es excesiva mientras se encuentra en reposo, muestre enrojecimiento en la piel o su respiración a notemos agitada, en cuyo caso lo que nos queda es hacer uso de un termómetro, para poder medirle la temperatura.
¿Cómo se puede tomar la temperatura a un niño?
Hay varias maneras de tomarle la temperatura a un niño. Primero tenemos la forma tradicional, que es colocarle el termómetro debajo de la lengua por tres minutos, diciéndole que se esté muy quieto y que no lo muerda con los dientes, y si pasado este tiempo, el termómetro no muestra nada anormal, puede ser que hayamos herrado en algún paso del procedimiento, pero todavía hay otras formas de tomarla.
¿Cómos se toma la temperatura en las axilas?
Lo que se debe hacer es quitarle al niño la camisa y colocarle el termómetro en el hueco de una de sus axilas, pidiéndole que cierre el brazo y lo pegue a su cuerpo, por un lapso de cinco minutos.
Cuando se quiere determinar la temperatura axilar, debes sabe que si el niño tiene 37º, eso será una lectura normal, pero si se encuentra entre los 37º y los 38º, entonces tiene lo que se denomina febrícula, pero si la temperatura que muestra el termómetro es mayor a los 38º, entonces estaremos seguros de que el niño tiene fiebre.
Otra forma de tomar la temperatura es por medio del recto
Este procedimiento de usa cuando los niños son muy pequeños y para tomar la temperatura rectal, es necesario contar otra clase de termómetro, que tiene una punta que es más corta y más redondeada, y si no queremos que en niño sienta mucha incomodidad, podemos colocarle en la punta un poco de vaselina.
Lo que se debe hacer es colocar al niño recostado de medio lado, liberarlo de la ropa en la parte inferior de su cuerpo, teniendo las rodillas flexionadas, y luego procedemos a insertar suavemente el termómetro en el recto, a una profundidad no mayor a dos o tres centímetros.
Este procedimiento necesitará sólo un minuto, y debes evitar que el niño se mueva, sosteniéndolo, incluso con la ayuda de otra persona. A los efectos de medir la temperatura a través del recto, debes saber que es medio grado más alta que la que puedas obtener de la axila o de la boca, por ello, si la temperatura que muestre el termómetro rectal es de 37,5º, eso será normal, pero si muestra 38,3 o 38,5º entonces es que el niño tiene fiebre.
¿Qué hacer si se comprueba que el niño efectivamente tiene fiebre?
Lo que debemos hacer es comenzar los tratamientos básicos, sobre cómo bajar la fiebre, entre los cuales se encuentran:
- Abrigarlo es un gran error, tienes que destaparlo lo más que sea posible, y procurar que en la habitación en que se encuentre el niño no haga mucho calor.
- En caso de que el niño tenga escalofríos o temblores, se le puede tapar pero con una ropa que sea ligera.
- Otra medida es colocarle al niño compresas frías en los brazos, en el tórax y en las piernas.
- Hacer que el niño beba con frecuencia líquidos frescos, aunque se trate de poca cantidad en cada ocasión.
- En caso de que la temperatura supere los 38º, hay que administrarte un medicamento antitérmico de venta libre que sea infantil, como el ibuprofeno o el paracetamol.
- En caso de que la fiebre no baje, es posible que se combine el ibuprofeno con el paracetamol, cada tres horas, alternado las dosis.
- Para que un antitérmico haga efecto, hay que dejar que transcurra media hora desde que es administrado.
- Si pasada la media hora, la fiebre no baja, se puede dar al niño un baño o una ducha con agua tibia, o que no esté muy fría.
- Si la fiebre se mantiene por más de dos horas, incluso después de que hayas puesto en práctica todos estos consejos, excede los 38,5º, no pierdas más tiempo y acude a un servicio de emergencias médicas pediátricas.