El ministro de Cultura, Miquel Iceta, empieza a no estar muy bien visto en el Gobierno. No porque haya premiado de forma reiterada a los teatros catalanes o porque haya usado las subvenciones con ciertos tintes nacionalistas, sino porque en las entrañas de Ferraz aseguran que la razón por la que Iceta tiene un ministerio tiene que ver con la presión del PSC al PSOE. Hay quien entiende que Miquel Iceta está amortizado, pero también hay quien cree que tiene que salir por la puerta de atrás antes de las elecciones. En el PSOE saben que hay una crisis de Gobierno incipiente y creen que Iceta debería ser uno de los candidatos. Y en Moncloa no lo niegan.
Ha habido quejas sobre cómo el ministro de Cultura utiliza las subvenciones. El PSC siempre ha presionado al PSOE y se ha convertido en una herramienta similar a ERC que condiciona cada paso que dan los socialistas. Esta especie de entidad dentro del Partido Socialista es algo que ha incomodado a Ferraz desde hace años, pero Iceta se ha convertido en un pago algo incómodo dado su compromiso con el partido y sobretodo dada su gestión como ministro de Cultura. Hay quien dice que su perfil bajo y su obsesión solo con premiar a los suyos le ha pasado factura, pero la realidad, según fuentes del PSOE, es que Miquel Iceta irrita a los suyos porque saben que es un pago por la presión de ERC.
Ahora se busca nuevo ministro o ministra de Cultura. Dada la obsesión de Sánchez por estar rodeado de perfiles poco conocidos, se espera que vuelva a ser un alcalde o una alcaldesa de algún municipio periférico el que se haga con las riendas del Ministerio de Cultura. Hay quien apuesta, según las quinielas internas, por un perfil similar al de Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial, o la propia Raquel Sánchez, de Transportes. En cualquier caso, la presión ha crecido a nivel interno porque en el PSOE entienden que el PSC no es una formación afín, sino una especie de herramienta de presión catalanista que consigue tocar moqueta a cada poco.
El ministro de Cultura sigue a lo suyo. Cuando le sacaron de Cataluña tuvo que ver con otro movimiento de fichas. El desgaste del entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, llevó a Pedro Sánchez a mandarle a Cataluña como candidato para que obtuviera unos resultados algo pobres para las expectativas que manejaban en el partido. A Iceta decidieron rescatarle porque el PSOE no se puede permitir gobernar sin el apoyo del PSC. Una frase que repiten en Ferraz con cierto desprecio porque dicen que están cansados ya de la presión de sus socios catalanes cuando ya tienen suficiente con la presión de ERC.
La buena noticia para los socialistas es que Miquel Iceta tiene los días contados a nivel político y no repetirá como candidato en Cataluña ni en ningún otro lugar. En el PSOE, aún así, y pese a su tendencia nacionalista, nadie ha criticado a Iceta a título particular. De lo que sí se han quejado y de forma reiterada es de que el socialista está donde está porque el PSC tiene una cuota que cobrarse por el mero hecho de apoyar al PSOE en su región. Hay voces que incluso claman porque el partido de un giro de 180 grados y dé el portazo a ese “federalismo” que tan poco gusta.
Iceta está viviendo su nirvana político particular pese a que no le han dejado disponer del ministerio como él hubiera querido. A pesar de todo, desde el entorno del ministro dejan claro que no ve con malos ojos ni opondrá resistencia ninguna cuando le quieran sacar del Gobierno, a diferencia de otros como la vicepresidenta Teresa Ribera, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska u otros como la propia ministra de Defensa Margarita Robles o la de Justicia, Pilar Llop.