El oro es un material muy preciado y amado por todos, ya que se considera un metal seguro y de larga duración que no se oxida ni se estropea a menos que no sea oro de verdad. Pero ¿cómo saber si un pendiente es de oro, tiene un baño o directamente no lo es?
Seguro que no es la primera vez que te preguntas si una joya como unos pendientes de oro son auténticos de verdad. Ya sea porque son un regalo, una joya que con suerte te has encontrado o un capricho que te has dado, a veces la inseguridad por saber si la autenticidad que promete es verídica o no. Existen distintas formas para reconocer el oro auténtico, así como técnicas para saber si el oro es de verdad. Se puede incluso medir su pureza y/o hacer un examen visual para descartar una posible estafa. A continuación, puedes leer acerca de algunos métodos y estrategias para saberlo.
¿Cómo se mide la pureza del oro?
Cuando vas a una joyera o recibes una joya en la caja es muy probable que hayas oído hablar o leído lo de “oro de Ley. ¿Pero qué significa eso? La ley es la proporción de peso del oro que se mide en milésimas y que indica qué proporción de oro puro existe si se divide en 1000 partes iguales.
Hay que tener en cuenta que cualquier metal presenta impurezas, aunque sea una cantidad pequeña. No son más que restos químicos y físicos del proceso para obtener el oro, así que no hay porqué preocuparse. Se considera que es oro cuando tiene por lo menos 999 milésimas.
Examen visual
Esta es una de las pruebas más habituales, y es que con una primera observación se puede descartar el oro falso del oro puro de verdad. Es un análisis minucioso y que trata de encontrar una pequeña marca que toda pieza de oro tiene. Puede ser diminuta, pero si es oro verdadero la tendrá, aunque puede ocurrir que con el paso del tiempo dicha marca se haya borrado. También es cierto que existen piezas falsas que cuentan con una falsa marca, así que este método no puede concebirse como concluyente en su totalidad.
Ácido nítrico
Esta prueba es más dificultosa y ciertamente peligrosa si no se sabe llevar a cabo. Funciona a base de ácido nítrico, un ácido corrosivo y que puede provocar severas quemaduras si entra en contacto con la piel. No obstante, al contrario de la prueba anterior, esta sí es concluyente, aunque es recomendable que se lleve a cabo por parte de especialistas.
El método es el siguiente: poner la pieza presuntamente de oro en una placa de acero inoxidable y verter encima unas gotas de ácido nítrico. Si se puede observar como la pieza coge un color verde oscuro, se tratará de un baño de oro y la pieza por lo tanto está fabricada en otro metal. Si por el contrario adquiere una tonalidad blanquecina la pieza es de plata y está bañada en oro. Solo se tendrá delante una auténtica pieza de oro si el color no cambia.
El imán
Por último, la prueba del imán. Solo necesitas un imán, aunque bastante potente, para llevarla cabo. El oro al no ser un metal magnético no se siente atraído por un imán, así que lo único que debes hacer es acercar tu joya o la pieza de oro en cuestión y observar si la atracción magnética se produce o no.