El pollo a la plancha es una de las alternativas para comer sano, rápido y delicioso en pocos minutos, y prepararlo no tiene por qué ser complicado. Ahora bien, hay quienes se quejan de que al prepararlo este resulta excesivamente seco o duro, y la verdad esto es algo que suele suceder con muchísima frecuencia.
Si te identificas como uno de los que siempre termina con una pechuga de pollo a la plancha excesivamente seca, quédate a conocer el secreto para que siempre te quede jugoso y delicioso. Verás que es más fácil de lo que imaginas y que el resultado será sorprendentemente rico.
3Comienza trabajando la carne del ave
Lo primero que tendrás que hacer una vez que tengas los ingredientes, será preparar la carne del pollo; por lo tanto, si tienes la pechuga entera, procede a quitar la piel y grasa y con la ayuda de un cuchillo, sepárala del hueso.
Una vez que tengas los filetes de pechuga, pon un trozo de papel film sobre una tabla, coloca el filete, cúbrelo con otro papel film y con la ayuda de un rodillo, golpea suavemente para que se rompan un poco las fibras, lo que hará que se cocine más rápidamente y que, además, sea más jugosa.