Aunque no siempre ha resultado fructífera, al menos en términos de calidad, la relación entre cine y videojuegos es frecuente desde hace décadas. No son muchas las grandes franquicias de éxito internacional que no han tenido, de una manera o de otra, su propia adaptación a la pantalla grande. Por eso resulta extraño que un título con el enorme tirón de Grand Theft Auto no haya tentado a Hollywood hasta el momento.
¿En realidad no lo ha hecho? Según se ha dado a conocer recientemente en varios medios norteamericanos, sí existió la intención de llevar la saga de Rockstar al celuloide, si bien no cuajó en el último momento. Aún así, sí llegaron a barajarse distintas propuestas, que ahora han trascendido y se han dado a conocer. Y algunas de ellas no pueden cuanto menos que tildarse de curiosas.
Una estrella para GTA
Tal y como señalan diversos expertos en los tejemanejes de la industria del cine americano, fue un productor de Hollywood quien se reunió con Sam Houser, de Rockstar, para proponerle realizar una película de Grand Theft Auto. Hay que tener en cuenta, eso sí, que hablamos del año 2001, y muchas cosas han cambiado desde entonces. La primera, como suele ser frecuente en estos casos, el dinero. O las cifras en general.
El dinero que estaban dispuestos a pagar a la compañía responsable del videojuego a cambio de sus derechos para hacer el film era de 5 millones de dólares. Pero lo más llamativo del asunto eran los nombres propios que ya tenían encima de la mesa. El primero, el protagonista de la cinta, que no era otro que el conocido Eminem. Pensando que han pasado veinte años desde entonces, hay que recordar que por aquella época la popularidad del músico, en todo el mundo pero sobre todo en Estados Unidos, era enorme, muchísimo más representativa que la que goza ahora. De hecho, poco tiempo después protagonizaría la taquillera 8 Millas.
También ha llamado la atención el director que, supuestamente, iba a ser el encargado de dar vida al proyecto: Tony Scott. El director no solo era el hermano mayor del fantástico cineasta Ridley Scott, sino que logró tener una genial carrera por sí misma, firmando obras tan conocidas como Top Gun o Days of Thunder. De cualquier forma, todo llegó a su fin cuando el hombre decidió quitarse la vida arrojándose desde lo alto de un puente de Los Ángeles.
Sea como fuera, y a pesar de lo prometedor del proyecto, desde Rockstar se mostraron rotundos a la hora de negarse a ceder su saga estrella para llevarse al cine. Acaban de publicar GTA III, con una respuesta arrolladora por parte de crítica y público, y no deseaban poner en riesgo su buena reputación. En su opinión, el potencial de GTA podía ir mucho más allá de lo que una licencia cinematográfica podía ofrecer. Y el tiempo ha demostrado que la compañía no se equivocaba.
Adaptaciones de videojuegos desaparecidas
Puede que el caso de GTA haya sido uno de los más llamativos, pero ni mucho menos el único. Muchas han sido las franquicia de videojuegos cuyas adaptaciones al celuloide se han rumoreado o directamente confirmado durante mucho tiempo, para después nada. Así pasó por ejemplo con BioShock, cuya fascinante historia submarina estuvo en preproducción durante mucho tiempo, antes de cancelarse, o con la veterana serie Castlevania. Después de que se anunciaran detalles durante años, al final sus fans tuvieron que conformarse con la irregularmente recibida obra animada de Netflix.
Mención aparte merecen otros proyectos que, de haberse convertido en realidad, hubiesen podido resultar cualquier cosa. Así sucedió con Los Sims cuyo film, por extraño que pueda parecer, también estuvo en marcha… durante un tiempo.