Especial 20 Aniversario

Esto es lo que le pasa a tu cerebro al dormir mal

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El cerebro se ve seriamente afectado al no dormir bien, y es que el sueño es uno de esos elementos que inciden directamente en nuestra calidad de vida, llegando a afectar no solo nuestra salud mental sino la física, de allí la importancia de completar nuestra rutina de sueño diaria.

Resulta de vital importancia detectar si el dormir mal es una patología o una consecuencia de alguna patología, para proceder con el tratamiento indicando, ya que las consecuencias del insomnio pueden ser fatales para nuestro organismo en general, pero sobre todo para nuestro cerebro.

Y es que durante el día, nuestro cerebro va generando toxinas que se supone deben ser eliminas durante la noche en el proceso de descanso, si no duermes bien estas toxinas se van acumulando y a larga empieza a surgir el temido deterioro cognitivo que incrementa el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, la demencia o el Parkinson.

Según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), casi un 10 % de la población española podría estar sufriendo de algún tipo de trastorno del sueño y en algunas ocasiones estos trastornos pueden llegar a ser graves, lo que indica que no tienen un sueño reparador.

Ciertamente el ritmo de vida acelerado que llevamos hoy día, con estrés y un sin número de preocupaciones hacen que conciliar el sueño por las noches se convierta en una tarea imposible, y las consecuencias por no dormir bien las podemos sentir a muy corto plazo, no solo a nivel física y mental, pero sobre todo en el funcionamiento de nuestro cerebro.

A continuación te contamos que es lo que pasa en nuestro cerebro cuando no dormimos bien.

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El reloj biológico también se altera cuando dormimos mal

El reloj biológico también se altera cuando dormimos mal
El reloj biológico también se altera cuando dormimos mal

Falta una sola noche de insomnio para que los genes que controlan el reloj biológico de tu estropee. Es decir, empiezan a darse los cambios en la expresión del ADN  y como consecuencia, se ven afectados los niveles de azúcar en sangre y podría llegar a incrementarse la posibilidad de padecer diabetes.