Pablo Iglesias ha vuelto a querer tensar la cuerda en las izquierdas apuntando directamente contra Yolanda Díaz. Un Iglesias que, pese a que siempre se ha mostrado contundente con la labor de la que vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, ha achacado ahora la responsabilidad de Díaz en la que es la nueva puesta en escena de las próximas elecciones: el proyecto de partido de Sumar.
En ello, el que fuera vicepresidente segundo del Gobierno, ha arremetido esta vez en un acto que ha tenido lugar en el teatro Coliseum de Madrid en su habitual Uni de otoño, lugar de encuentro de conferencias que mantiene Unidas Podemos.
Con todo, tanto Podemos como el propio Pablo Iglesias (y resto de participantes) a instado a su militancia a seguir apoyando al partido, reivindicándose como «la fuerza que transforma». Una manera de reivindicarse en un momento clave en la izquierda donde hay más dudas que certezas sobre su unidad y sobre como confluirán las distintas fuerzas a las próximas elecciones generales tras la irrupción de Sumar, la plataforma de la vicepresidenta Díaz que rechaza disolver su marca en una «sopa de siglas», como ha manifestado.
Iglesias y Podemos recuerdan a Yolanda Díaz la importancia de contar con UP
De esta forma, con la posición de fuerzas dispersas de la izquierda entre el PSOE, Unidas Podemos, confluencias y resto de partidos, Pablo Iglesias se ha querido referir a que las siguientes elecciones, que tendrán lugar en mayo con las municipales y autonómicas, no puede ser «el preludio de nada bueno», como ha dejado claro.
«¿Quien piensa que a una candidatura de izquierdas le puede ir bien en las generales si a Podemos le va mal en las municipales? Hay que ser estúpido«, ha espetado. Y sí, Pablo Iglesias se refiere a Yolanda Díaz con su partido Sumar, con el que pretende dar un nuevo ciclo a la izquierda, aunque el que fuera dirigente de Unidas Podemos no le convenza.
«Podemos debe ser respetada«, dijo. «Ay de aquel o de aquella que se atreva a faltarle al respeto a la militancia de Podemos». Esta exigencia, la de ser respetados, valorados y tenidos en cuenta, ha sido el hilo conductor del acto que ha servido de colofón al foro de reflexión de esta Uni de otoño.
La carga de Iglesias contra Yolanda Díaz: «Este partido apostó por una candidata que no fuera de este partido»
«No hay discurso más reaccionario que el que dice que el problema son los partidos», ha asegurado Iglesias, que ha remarcado que fue su formación la que situó a Díaz como líder de Unidas Podemos.
«Este partido apostó por una candidata que no fuera de este partido». El ex vicepresidente ha sido el protagonista de las jornadas y no se ha ahorrado las críticas. Además, y con una línea atacante, también ha denunciado que en el espacio de la izquierda haya quien considere una “magnífica oportunidad» en las elecciones para que Podemos e Izquierda Unida (IU) tengan un mal resultado.
El motivo sobre lo que se basa es que «esto dejará todo el campo de la izquierda abierto para una nueva izquierda que no será perseguida por las cloacas»: «l nivel de ingenuidad de este planteamiento es de una dimensión vergonzosa», ha espetado.
El distanciamiento viene por las dos partes
Pero, ¿por qué estas críticas? ¿Por qué Pablo Iglesias y el resto de Unidas Podemos están poniendo distancia con Yolanda Díaz cuando el propio ex-vicepresidente fue quien apostó por ella? ¿Tiene algo que decir la ministra de Trabajo? La realidad es que es una situación que viene por las dos partes, no solo por una.
De hecho, tiempo después de dejar el camino la vicepresidenta segunda, tanto Iglesias como el seno de UP empezaron a recibir bastantes negativas y el vacío de Díaz, que cada vez se posicionaba más en firme en poner distancia con el grupo porque, decía, «no es lo que toca ahora» (recordemos que ella viene del Partido Comunista).
Unos desencuentros que empezaron ese mismo año, cuando Díaz desestimó la posibilidad planteada por Iglesias de dejar caer al Gobierno de Sánchez para que tuviera que adelantar las elecciones. La ofensiva rusa en Ucrania también ha desvelado otro punto de desacuerdo entre los dos líderes. El último capítulo ha sido el intento de Iglesias de reafirmar su autoridad delante de los militantes y simpatizantes de Unidas Podemos.