Limpiar puertas blancas puede no ser una tarea fácil. Por supuesto que una puerta blanca es muy bonita, luce con un elemento arquitectónico relevante en la decoración de cualquier hogar, porque las puertas lacadas blancas le dan un toque especial a todo, en particular si es la puerta de entrada a tu casa, pero a pesar de su belleza, se trata de un elemento que es muy complicado de limpiar, porque casi nunca quedan perfectas.
Por ello hoy queremos explicarte algo que parece muy simple, pero que realmente no lo es, porque dejar impoluta una puerta blanca y que se mantenga así requiere que manejes una técnica concreta y te vamos a explicar en qué consiste y qué materiales puedes utilizar para que puedas lograr el resultado deseado.
Puertas lacadas blancas
Unas puertas de interior lacadas en blanco son un elemento que se utiliza para cerrar una habitación, una casa, un garaje, una entrenada o camino de acceso, y no sólo se trata del color, sino que los diseñadores han hecho creaciones que son particularmente hermosas, combinando incluso materiales, y los resultados se han hecho tendencia no sólo en la decoración, sino en el diseño final de las nuevas construcciones.
Son tan versátiles en cuanto a diseño y usos, que se encuentran en lo que podríamos llamar la cima de las tendencias de moda para puertas en el interior de los hogares, y puedes elegirlas como puertas para armarios, alacenas, gabinetes de cocina, y todo lo que pueda ser cerrado.
La manchas en las puertas blancas
Pero quizás, precisamente por el color, lo más probable es que se manchen por cosa de nada, simplemente colocarle encima la palma de la mano, incluso las yemas de los dedos y ya está, una mancha en la puerta, y que, incluso se manchan con agua, así que hay que quitar tales manchas para que las puertas no pierdan su lustro y luminosidad.
Y resulta que te preparas, buscas la bayeta y algunos productos, la limpias y no lo logras, porque al secarse la mancha persiste, o incluso se puso peor, y es probable que lo que estés usando no sea lo más apropiado, e incluso que provoque que las puertas puedan perder ese brillo especial que las caracterizan y que las hacen tan llamativas.
Es más, puede ser que te haya ocurrido que la puerta lacada blanca esté agarrando una pátina amarillenta, o que se esté descascarillando, lo que puede ocurrirte no sólo con las puertas, sino también con los muebles blancos lacados que tengas, y lo que queremos es que aprendas a limpiar tus puertas blancas de la forma adecuada, con los productos que sean apropiados, para que la puedas conservar en perfectas condiciones por más tiempo.
¿Cómo se debe limpiar una puerta lacada blanca?
Realmente los pasos son muy sencillos. El primero de ellos es que adquieras un paño de algodón, que sólo vas a usar para el propósito de limpiar puertas o muebles de madera laqueada de blanco, y compra también un jabón que sea neutro. Entonces humedece el paño de algodón en agua y úntalo con un poco del jabón neutro, y sólo con ello debes frotar con movimientos circulares y luego ascendentes y descendentes. Sólo con esto es posible que logres el resultado que querías.
La importancia del paño de algodón y del jabón de neutro es fundamental, porque protegen a la puerta blanca, y la hacen más durable, conservando su atractivo y su belleza. Claro que hay veces que las manchas persisten, porque fueron realizadas con materiales que son más difíciles de limpiar, como el caso de que un niño haya usado un rotulador o un producto similar aunque si se trata de manchas de pintura, el procedimiento es otro, entonces no saldrá tan fácilmente y tendrás que utilizar otro tipo de producto para la limpieza.
¿Qué hacer cuando la mancha es más persistente?
Cuando la mancha se resiste al paño de algodón mojado y al jabón neutro, lo que podemos recomendarte es que uses un poco de alcohol diluido con agua. Este tipo de mezclas es ideal para que puedas deshacerte de aquellas manchas que resultan un poco más difíciles, y como el alcohol diluido no va a dañar el lacado blanco de las puertas y las dejará perfectamente limpias.
El mismo procedimiento puedes utilizar cuando la puerta ha adquirido una pátina amarillenta por el transcurso del tiempo, lo cual es algo muy natural, entonces debes usar el paño humedecido en alcohol diluido en agua por toda la superficie de la puerta o del mueblo blanco lacado.
¿Y si lo que ocurre es que la puerta ya cumplió su vida útil?
Algo que tienes que tomar en cuenta es que la vida útil de este tipo de puertas de unos quince años, sin que adquieran un efecto amarillento y sin exhibir daños, siempre que desde el principio las hayas mantenido usando los productos adecuados para su limpieza y cuidado, pero también hay cosas que las dañan o les dejan señales que no podrás evitar, y es el caso de que reciban rozaduras o golpes, que indefectiblemente pueden dañar el lacado blanco o dañar directamente la puerta, por ello debes tener especialmente cuidado con determinadas actividades.
Otro aspecto en el que debes ser cuidadoso es que la puerta no debe ser expuesta a que sea ensuciada con manchas que sean particularmente difíciles de limpiar y que nos van a exigir un esfuerzo extra para mantenerlas cuidadas y limpias a diario. Si sigues esta pauta, es posible que la puerta te dure bastantes años en su estado original.
¿Qué es lo que no debo hacer?
Pues, lo que nunca debes hacer es utilizar productos que sean disolventes, o que sean abrasivos, porque dado su contenido químico pueden destruir el lacado o la pintura, e incluso hasta la madera de la puerta, además, este tipo de productos, lejos de cuidar la puerta, lo que van a hacer es dañarla definitivamente, por lo que es muy importante que uses productos que no sean abrasivos, o que no vayan a arañar el laqueado de la puerta. Así que nada de bicarbonato, esponjas recias ni productos ácidos.