Vivir de alquiler supone un esfuerzo más que importante años atrás, pero hacerlo desde los tiempos de la inflación y la crisis de la pandemia es algo sumamente mayor. No solo nos referimos a los jóvenes, cansados y escasos de oportunidades ante la falta de recursos para su primera vivienda, sino también a los adultos que llevan años trabajando por sueldo base… que no da para vivir más allá de este alquiler.
Y no lo decimos nosotros, ni mucho menos. Lo dicen las estadísticas: los españoles ya destinamos que más de un tercio de nuestros ingresos totales a la renta. En el último año, el porcentaje de ingresos destinados al pago del arrendamiento ha crecido al alza a niveles nunca vistos, y eso se nota. Y los jóvenes, más.
Porque la realidad es la que es: en comunidades como Baleares o Barcelona, por ejemplo, un joven de entre 16 y 29 años que alquile una vivienda tendrá que dejarse, de media, el 95,7% de su sueldo en la actualidad. Por contra, en Castilla-La Mancha, la realidad contrasta por una media de alrededor de un 47,9%.
Los datos lo demuestran: el alquiler en España exprime los presupuestos (y no solo a los jóvenes)
Ambos datos, que reflejan el contraste entre las comunidades más y menos gravosas para el alquiler juvenil, demuestran que el alquiler en España es «inaccesible» para los jóvenes.
En ese mismo sentido, no obstante, esta realidad tiene consecuencias sociales y económicas, donde se ha comprobado que la juventud se ha visto excluida del derecho a la emancipación y al ejercicio de una vida autónoma.
A su vez, los estudios recogidos por el INE nos dicen otra realidad, y esta es igual más asumible que la de los jóvenes: el alquiler exprime el presupuesto de muchas familias. De los 3,3 millones de hogares que viven en este régimen, según el INE, el 40% dedicaba en 2019 más de lo aconsejable al pago de la renta (un 30% de sus ingresos). Y el esfuerzo es doble para familias con hijos y en grandes ciudades.
Así, y dada la diferencia sustancial de esfuerzo económico que supone una y otra forma de emancipación, no es de extrañar que el 34,5% de las personas jóvenes emancipadas lo hagan compartiendo piso con otras con las que no tienen relación de parentesco.
El problema de alquilar se intensifica para aquellos que deciden vivir en las grandes ciudades
Esta realidad significa que, en líneas generales, y considerando que el salario bruto medio de España registrado por InfoJobs en 2021 era de 24.555 euros, unos 2.046 mensuales, los españoles tendrían que dedicar un 40% del sueldo al pago de una vivienda de 80 metros cuadrados en alquiler.
Este es un problema que se intensifica mucho más para aquellos que deciden afrontar su vida en las grandes ciudades, sobre todo ciudades como Madrid o Barcelona, donde el precio de los alquileres sigue siendo abusivo, y tanto para los jóvenes como para el resto de los ciudadanos.
En este sentido, según el estudio llevado a cabo por el portal inmobiliario, la ciudad de España donde más ingresos se destinan al alquiler es Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias) con un 39% del total de los ingresos.
Palencia, Ourense y Melilla, donde más barato está el precio del alquiler; Barcelona, donde más han incrementado los precios
A Tenerife se le une Almería, con el 37% de los ingresos destinados al alquiler, y Las Palmas de Gran Canaria, Alicante, Segovia y Madrid, con el 36% en los cuatro casos. Además, Lleida y Sevilla también comparten posición con un 35%.
Por el contrario, y desde el lado más bajo de esta clasificación, contamos también con los que son los sitios más baratos para vivir en España… y hay sorpresas: Palencia, Ourense y la ciudad autónoma de Melilla, encabezan esta lista, sitios donde alquilar una vivienda se sitúa en torno al 22%.
Pero, ¿dónde han incrementado más estos precios? Pues en Barcelona, sin duda. Y es que lo que tenemos es que la capital catalana es con bastante diferencia, la capital en la que más ha crecido el esfuerzo necesario, ya que ha pasado del 36,1% en septiembre de 2021 a un 58,4% en septiembre de 2022.
Le sigue el incremento de Madrid (del 33,7% al 42,1%) y Valencia (del 27,2% al 34,8%). Las de Málaga (del 26,5% al 33,2%), San Sebastián (del 33,9% al 40,4%), Alicante (del 24% al 30,1%) y Palma (del 24,4% al 29,8%), son las que le siguen.
Asimismo, y como sabemos todos, el coste del alquiler no es la única dificultad a la que se enfrentan los inquilinos, ya que además tienen que superar otros problemas como los múltiples requisitos exigidos para acceder a la vivienda o la escasez de oferta, entre otros obstáculos. Fianzas que llegan (e incluso superan) los 3 meses, situaciones mínimas, capacidades y contratos laborales… de momento no hay una solución clara más allá de los límites del alquiler, que por cierto todavía no ha funcionado. Entonces, ¿qué futuro queda en España?