San Carlos Borromeo es la figura que se recuerda el 04 de noviembre

San Carlos Borromeo fue un hombre profundamente religioso, un cardenal de origen italiano que pudo acceder al cargo de Secretario de Estado del papa, y llegó a convertirse en el Obispo de Milán, entregándose completamente al trabajo por sus fieles y seguidores.

Son muchísimos los caballeros que han sido bautizados en España con el nombre de Carlos, de hecho, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, son aproximadamente unos 275.000, y no estamos haciendo alusión a las damas bautizadas con el nombre de Carla o Karla, que también celebran su santo este día. Probablemente, entre tus familiares y amigos tengas algún Carlos o Carla, y no se te puede olvidar felicitarlos hoy y es una oportunidad adicional a la del 03 de junio.

San Carlos Borromeo

San Carlos Borromeo

San Carlos Borromeo nació en la localidad de Arona, cerca de Milán, Italia, el año 1538, y fue uno de los promotores, junto con otros religiosos, de la celebración del Concilio de Trento. Comenzó como estudiante de derecho, carrera de la cual se graduó, y posteriormente decidió seguir la carrera eclesiástica, llegando al cargo de Cardenal.

Fue un hombre muy inteligente, que se destacó en sus labores como hombre piadoso y prudente, razones por las que llegó a convertirse en Secretario de Estado del sumo pontífice y al terminar su labor en el Vaticano, se convirtió en Obispo de la ciudad de Milán, en la cual realizó una labor excepcional en favor de su congregación.

El trabajo que desempeñó San Carlos Borromeo en el Obispado de Milán hizo mejoró sustancialmente las costumbres de sus habitantes, logrando incrementar la vida y las actividades cristianas en la diócesis de Milán, en donde se dice que ejerció su cargo tal y como lo haría un verdadero pastor con sus discípulos, entregándose por entero a los fieles en cuerpo y alma.

San Carlos Borromeo tuvo especial cuidado y consideración con los sacerdotes que dependían de él, hizo convocatorias a sínodos, decretó muchas normas que tenían la finalidad de concretar los mandatos logrados durante la celebración del Concilio de Trento, ya que su labor no quedó solamente en haber participado en este concilio ecuménico, en el cual ejerció como uno de sus principales promotores.

Se cuenta que uno de los más complejos momentos de la vida de San Carlos Borromeo tuvo lugar unos días antes de su llegada a Milán, mientras se encontraba aún en el Vaticano, enfrentando las obligaciones de su cargo de Secretario de Estado del sumo pontífice, cuando se dio a conocer la noticia de que había arribado la peste a Roma.

Tuvo que devolverse a Roma

Tuvo que devolverse a Roma

Lo que hizo entonces San Carlos Borromeo fue regresar de inmediato a Roma, para comenzar a gestionar y organizar los auxilios que eran necesarios y dar tranquilidad y calma a la población. Debido a la gran cantidad de actividad desplegada por San Carlos Borromeo durante esta crisis sanitaria, este hecho histórico llegó a ser conocido como ‘la peste de San Carlos’.

Unos pocos meses luego de que se hubiera extinguido la peste en Roma y enfermo de gravedad, San Carlos Borromeo murió, al no poderse recuperar de los efectos que le produjo la gestión de esta pandemia, de la cual lamentablemente se contagió, pero pudo regresar a su adorada Milán, muy enfermo, falleciendo el día 03 de noviembre de 1584, a la corta edad de 46 años.

Además de San Carlos Borromeo, el 04 de noviembre es necesario completar el Santoral Católico con los nombres de otros santos y beatos que fueron un ejemplo para sus hermanos y sus comunidades, por sus obras cristianas y por el significado que tuvieron sus vidas, entre los cuales se encuentran:

San Agrícola de Bolonia, San Amancio de Rodez, San Emerico de Hungría, San Hermas de Licia, Santa Modesta de Tréveris, San Nicandro de Mira, San Perpetuo de Maastrich, San Pierio de Alejandría, San Vidal de Bolonia, Beata Elena Enselmini y Beata Francisca de Amboise.