Los antibióticos son medicamentos que tienen el objetivo de combatir las infecciones que están causadas por bacterias. Lo usual es que eliminan las bacterias de los organismos o también puede ocurrir que dificulten su crecimiento y proliferación lo que conlleva que con el tiempo desaparezcan. Esto quiere decir que son medicamentos que se utilizan concretamente para apaliar ciertas patologías, pero no sirven para todo. El problema se genera cuando lo se toma como salvación para cualquier tipo de malestar que se tiene o para apaliar ciertos catarros. Deben tomarse solo bajo preinscripción médica y no bajo criterio propio.
¿Qué efectos secundarios tienen los antibióticos?
Los antibióticos generan efectos secundarios que hay que tener en cuenta si se toman de forma habitual. Hay que tener en cuenta que el objetivo principal de los antibióticos es frenar la proliferación de bacterias o su desarrollo impidiendo que la infección se haga más grave. Esto hace que los antibióticos sean un medicamento fundamental a modo de defensa eliminando cualquier tipo de bacteria patógena. No obstante, también elimina bacterias que sí son beneficiosas como, por ejemplo, las que tienen la función de prevenir la infección de hongos.
En la medicina (como en la vida) no es todo blanco o negro. Por lo tanto, no hay que abusar de este tipo de medicinas y no coger la costumbre de automedicarse porque se puede estar generando un problema mayor. Hay que acudir al médico para que pueda indicar lo que hay que tomar en cada circunstancia.
¿Qué efectos adversos pueden presentar los antibióticos?
Los antibióticos no dejan de ser una bomba para el organismo a modo de apaliar a las bacterias. Por lo tanto, puede generar ciertos efectos secundarios como la fiebre, las náuseas, algunas reacciones de alergia, diarrea (ya que la flora intestinal se ve afectada), alteraciones en la flora vaginal y daños en los tendones.
No se tienen por qué presentar todos, pero sí es posible que algunos. También se puede generar sensibilidad a la luz del sol, pérdida del apetito, visión cansada o borrosa, alteraciones en el sistema nervioso y problemas respiratorios.
Es por eso que tiene que ser un médico el que te recete los antibióticos para que pueda ser consciente de la patología que se sufre y que baraje si es el diagnóstico adecuado. De esta manera, calculará que tengas los menores efectos secundarios posibles lo que resultará en una batalla contra la infección mucho más llevadera.
¿A qué personas se les suelen administrar antibióticos?
Los antibióticos se suelen administrar a personas que presentan una infección. Sin embargo, también se pueden llegar a administrar a personas que hayan estado en contacto con alguien que ha tenido meningitis para evitar que pueda aparecer, personas que tengan válvulas cardíacas anómalas o artificiales que puedan someterse a procedimientos dentales o quirúrgicos y que así las válvulas no puedan infectarse, y a personas que se hayan sometido a una operación quirúrgica con un gran riesgo de que sufran una infección como suele ser el caso de las cirugías ortopédicas o intestinales.
En el caso de que se prescriban antibióticos a personas con una edad avanzada, se puede hacer con una dosis más baja de los habitual. Esto se debe a que los riñones con el paso del tiempo comienza a funcionar peor y es posible que no tengan la eficacia suficiente para eliminar los antibióticos del cuerpo por lo que pueden aumentar los efectos secundarios.
¿Qué otros factores tienen en cuenta los médicos a la hora de administrar antibióticos a personas de edades avanzadas?
Los médicos tienen otra serie de aspectos en cuenta a la hora de administrar antibióticos a personas de edad avanzada. Lo primero es si esas personas están tomando otros medicamentos ya que suele ser habitual entre personas de edad avanzada y puede ocurrir que aparezcan infecciones farmacológicas. También tienen en cuenta qué régimen de antibióticos están teniendo para ver si es complejo o difícil de seguir.
Es importante tener en cuenta el entorno familiar del paciente y si la personas tiene algún familiar o cuidador que le pueda ayudar a tomar las medicinas de la manera que ha establecido el médico y, para acabar, es esencial saber si la personas está viviendo en una residencia de ancianos porque las causas de las infecciones pueden ser bacterias diferentes.
En el caso de que la persona esté embarazada, solo se aplican antibióticos en caso de que los beneficios superen los riesgos. En estos casos, el médico tiene que tener en cuenta muchos factores ya que algunos medicamentos son más inofensivos que otros. Además, tienen que tener en cuenta que los antibióticos viajan por la leche materna hasta llegar al bebé (en la mayoría de los casos) por lo que en ocasiones no pueden usarse si la madre está amamantando.
Lo que está claro es que es esencial visitar al médico para que sea el encargado de suministrar los antibióticos en el caso de ser necesario porque tomarlos de manera autónoma puede suponer un gran riesgo.