Que lo retro está de moda, es algo que salta a la vista. Se puede apreciar en el mundo del cine, con el regreso de todo tipo de sagas y series de los ochenta, pero igual o más pasa con los videojuegos. Resulta comprensible teniendo en cuenta que gran parte de la gente que ahora tiene ya treinta o cuarenta años pasaron también su infancia descubriendo el mundo de las consolas, en plena evolución por aquel entonces. Se trata de una situación que las compañías conocen y aprovechan, con casos como el que hoy nos ocupa: el estreno de Mega Drive Mini 2.
Ese “2” que acompaña al lanzamiento de la consola no es fortuito, ni se debe únicamente al segundo diseño que tuvo la máquina, que es el que se recrea en esta versión “mini”. O al menos no es solo por eso. Los apasionados al coleccionismo y al retro ya sabrán que el pasado 2019 ya salió a la venta una recreación mini de la mítica máquina de Sega que tanto éxito alcanzara allá por finales de los ochenta y primeros de los noventa.
En vista de los buenos resultados, suponemos, la compañía japonesa ha decidido repetir la jugada, esta vez incluyendo muchos de los títulos que, para muchos, se habían quedado injustamente fuera de la primera recopilación. Además, el lanzamiento también incluye algunas sorpresas en forma de títulos menos conocidos o incluso originales de Mega CD.
Una colección de altura
En total Mega Drive Mini 2 incluye un total de 60 videojuegos, destacando algunos realmente memorables de la talla de OutRun, Alien Soldier O Virtua Racing. Por supuesto, al tratarse de una segunda entrega, por así decirlo, también se han sumado a la lista un número considerables de secuelas, algunas de ellas iguales o mejores que los originales. Así sucede con Fatal Fury 2, Rolling Thunder 2, Golden Axe 2 o Streets of Rage 3. Por no hablar de clásicos quizá menos recordados, pero de gran calidad, en muchas ocasiones injustamente infravalorados, como pasa con Shining Force 2 o el propio Out Runners.
Pese a todo, quizá lo más curioso de Mega Drive Mini 2 sean sus juegos inéditos, como las versiones de Fantasy Zone o Space Harrier 2. Además, como antes comentábamos, tampoco faltan algunas aventuras de Mega CD que seguramente atraigan a los más mitómanos, como el polémico y peculiar Night Trap o Final Fight CD. En total una colección muy sugerente, que incluso en algunos aspectos logra superar a la de la primera Mega Drive Mini.
Momentos de nostalgia
El lanzamiento de esta consola sigue la línea que, una vez más, comenzó Nintendo con la producción de NES Mini y luego con su sucesora, SNES Mini. A partir de ahí son pocas las compañías que no se han aventurado a realizar proyectos similares, en muchos casos incluso aportando un “extra” en forma de cabina recreativa, como hizo SNK con su antaño lujosa consola Neo Geo. Incluso Konami se atrevió a hacer lo propio con PC Engine, una máquina poco conocida en España pero que en su momento alcanzó un considerable éxito en Japón.
Menos memorable resultó el intento de Sony por sumarse al carro con su PSOne Classic, una PlayStation Mini en toda regla, cuya selección de juegos no terminó de representar, al menos para mucho, todo lo que supuso aquella consola en su momento. Aún así, presentaba imprescindibles como Final Fantasy VII, Resident Evil o Tekken 3.
Por no faltar, ni siquiera han faltado recreaciones de microordenadores tan recordados y exitosos en los años ochenta y noventa como Commodore 64 o Amiga.
En lo que respecta a Sega, estas Mega Drive Minis no son lo único en la misma línea que ha puesto a la venta la antaño principal rival de Nintendo. Recuperando una vez más sus momentos de mayor gloria, en este caso en los salones recreativos, los padres de Sonic también se animaron a desarrollar una versión mini de su clásica máquina recreativa Sega Astro City, todo un auténtico clásico nipón.
Por nuestra parte, y por mucho que se terminen resintiendo todos los bolsillos, estamos encantados con la dinámica. Ojalá continúe así y en algún momento viésemos también las versiones minis de Master System, Saturn o Dreamcast. Por soñar…