El 1 de noviembre se celebra el Día de Todos los Santos desde hace más de 1000 años. Es un día especial, en el que se rinde homenaje a todas las personas santas, oficialmente canonizadas o no. Fue el Papa Gregorio III quien inició esta idea y decidió crear una capilla específica en San Pedro (Roma) para venerar a los santos por igual. Su sucesor, el Papa Gregorio IV, se encargó de poner fecha a una celebración mundial. Según sus deseos, el 1 de noviembre de cada año se celebraría el Día de Todos los Santos.
A esta celebración, en otros países de América Latina, se la conoce como el Día de Muertos. Esto sucede, por ejemplo, en México, donde es tradición venerar a los fallecidos creando altares de gran tamaño, en los que se colocan objetos de los fallecidos, así como los alimentos y las bebidas favoritas de los difuntos. En el país azteca es una de las tradiciones más extendidas y con más fama a nivel mundial.
El día después, el 2 de noviembre, se celebra el día de los fieles difuntos. Se trata de una celebración diferente, en la que se venera a los difuntos que ya han terminado su vida en la tierra y están en el proceso de purificación en el Purgatorio. En España, existen infinidad de tradiciones que se llevan a cabo durante Todos los Fieles Difuntos, como las emblemáticas castañadas en Cataluña.
Las flores en Todos los Santos
En España, una de las tradiciones más extendidas es la de acudir al cementerio en el Día de Todos los Santos para llevar flores y rendir homenaje a los difuntos. Responsables de Interfunerarias advierten que el interés por las flores para el cementerio se incrementa hasta en un 800 % durante Todos los Santos.
Al tratarse de una tradición tan extendida, son muchísimos los familiares que acuden a las tumbas de sus difuntos a llevarles flores frescas o secas. Además, existen algunas flores clásicas para llevar a los cementerios, como los crisantemos, los lirios o las rosas blancas.
Flores para el cementerio
Desde Interfunerarias aseguran que la flor por excelencia para llevar al cementerio es el crisantemo. Se trata de una flor muy duradera, que no tiene grandes necesidades de agua y que aguanta viva bastante tiempo, pese a que haya sido cortada.
Las calas o lirios son otras de las flores más vistas en los cementerios españoles, aunque es cierto que puede resultar más complicado encontrar este tipo de flor. Las azucenas, sin embargo, son flores más sencillas de encontrar y que funcionan fenomenal como flor de cementerio.
En Interfunerarias hablan de los claveles como unas de las flores frescas más socorridas para Todos los Santos. Se trata de una flor barata y de fácil conservación, que hace que los cementerios españoles derrochen color.
Por último, las rosas son las flores cortadas por excelencia. Para rendir homenaje a los difuntos, son las rosas blancas las favoritas de los clientes de floristerías especializadas en flor fúnebre.