TFM es el término que empleamos para referirnos al Trabajo Final de Máster, que no es otra cosa que un proyecto o un estudio que deben hacer los estudiantes de Máster, bajo la supervisión de lo que llamamos un tutor, quien debe verificar el contenido del mismo y aprobarlo, pera que posteriormente sea presentado y defendido como requisito previo para obtener el título de Máster.
¿Cómo se hace un TFM?
Lo primero que debes saber es que un TFM es el medio por el cual un estudiante demuestra que ha adquirido y que maneja los conocimientos más avanzados que se enseñan en un Máster, expresándolos dentro de una investigación que emplea el método científico.
Si estás haciendo un máster, es posible que ya te hayas informado de lo que es un TFM o trabajo final de Máster, pero es posible que no sepas cómo se hace en realidad, así que venimos en tu auxilio, aunque también puedes encontrar tutorías online para TFM que puedes consultar.
La selección del tema y la metodología
Cuando estés planificando tu trabajo, resulta fundamental la evaluación y selección tanto de la teoría o tema científico que quieres tratar y que sea apropiado para el contenido del Máster y seleccionar la metodología que sea más apropiada para estudiarlo y arribar a la respuesta de unos objetivos que debes plantearte como interrogantes del tema a estudiar.
Datos para que comiences tu TFM
Una vez que tienes el tema del que va a tratar tu trabajo, así como la metodología y los objetivos que persigue tu investigación, debes comenzar a trabajar encima de los elementos siguientes, de manera que tengas éxito en tu trabajo final de Máster:
- Al inicio, debes hacer una reflexión, partiendo del problema a investigar que hayas elegido, porque esa será la gran interrogante que debes resolver. Para ello hay que valorar qué utilidad puede tener y ser conciso al momento de elaborar los objetivos.
- Debes escoger una metodología científica que sea sencilla, que te ayude a encontrar la solución al problema y los objetivos planteados, y elabora tu diseño de investigación.
- No inicies el proceso de investigación a ciegas, por lo que te recomendamos que elabores un guion de las pautas a seguir.
- No te olvides de revisar a conciencia y de citar correctamente las fuentes, de acuerdo con la procedencia. Recuerda que pueden ser primarias o secundarias, o terciarias, y revisa si existen trabajos previos que hayan tratado la misma temática.
- Debes ser cuidadoso a la hora de escoger el material y las fuentes que vas a usar en tu investigación, siendo preferible que uses fuentes de tipo primario o incluso trabajos tuyos previos sobre el mismo tema.
- Debes tratar de escribir de la forma más concisa que sea posible. El contenido debe ser claro y diáfano, porque esto tiene mucha importancia en un TFM.
- Otro aspecto que es básico es que evites hacer juicios de valor respecto al objeto de estudio y el contenido explicado. Lo que se quiere de un TFM es demostrar unos hechos, no opinar sobre ellos, porque un TFM no es un ejercicio sobre el estilo.
- Cuando vayas a expresar las conclusiones y las recomendaciones, si las hay, hay que retomar los objetivos planteados al inicio de tu TFM, centrándolas en la interpretación de los resultados obtenidos. Aquí es fundamental no emitir juicios de valor.
La temida fase de defensa pública del TFM
La elaboración del TFM es una fase que es totalmente teórica y se puede decir que la defensa pública es una fase práctica, de hecho, es posible decir que es la fase crucial de todo el proceso investigativo, porque es donde vas a demostrar lo que sabes sobre el tema estudiado, explicar el proceso de investigación y la manera en que se llegó a las conclusiones planteadas, que serán la respuesta encontrada al planteamiento del problema.
¿Cómo se defiende el TFM?
Esta puede ser la fase más complicada de todo el procedimiento, y ciertamente es la culminación final de tu trabajo. Y debes saber que el rigor y las exigencias del Tribunal examinador podrán variar, dependiendo de quienes sean sus integrantes. Pero, existen ciertos elementos que debes tener en cuenta de manera general, al momento de la defensa del TFM, que te explicamos a continuación:
- Trata de hacer una presentación que tenga equilibrio: cuando vayas a exponer los aspectos que sean los más relevantes de tu TFM, una gran sección de tu exposición debe contener las evidencias de las prácticas realizadas.
- Adáptate al tiempo que tienes para exponer: la sugerencia es que ensayes previamente, si es con público mejor, para que tu exposición no se vuelva ni superficial ni tediosa.
- Modula la forma de hablar en tu exposición: habla despacio, no te aceleres, realiza pausas. Hay que tratar de mantener un ritmo constante en la exposición, tratando de ser ameno, tratando de captar la atención de los que te escuchan. Practica, vocaliza y pronuncia claramente, haz énfasis en lo que deseas que se destaque, teniendo siempre un volumen y un tono que sea adecuado.
- Haz un guion de la exposición: es posible usar el mismo esquema del mismo TFM, al que puedes añadir notas de los aspectos que no debes dejar por fuera.
- Usa material de apoyo: puedes complementar la presentación del trabajo con un material de Power Point o Prezi, pero hay que recordar que sólo es un apoyo. No es posible que toda tu presentación verse sobre el contenido de la presentación, porque se verá como una sustitución de la exposición, y no es esa la idea.
Aspectos esenciales de la defensa
Tienes que cuidar el lenguaje de no verbal, porque la voz no es lo único que expresa nuestras convicciones, ya que tenemos un lenguaje gestual o corporal que puede mostrar que no estamos seguros de lo que decimos, o que no dominamos el tema, y eso no tiene nada que ver con estar nervioso.
Hay que ejercer control sobre la expresión corporal, usando nuestros gestos para reforzar nuestras ideas. Con las manos se puede apoyar la fuerza de tu discurso, y se debe mantener contacto visual con los integrantes del Tribunal examinador, y verás que eso te va a dar seguridad.
¿Qué hacemos cuando estamos llegando al final de la exposición?
Debes asegurarte de haber mencionado todos los recursos que hayas utilizado en la elaboración del trabajo, libros, trabajos anteriores, revistas, publicaciones, páginas web, en fin, todo aquello que hayas consultado para elaborar tu trabajo, y citar correctamente las fuentes utilizadas, porque eso le dará credibilidad a tus conclusiones.
La terrorífica fase final
La defensa del trabajo no acaba cuando terminamos nuestra exposición, sino que, a continuación, corresponde la fase en las que el Tribunal examinador te hará las preguntas que estime convenientes. Si en tu exposición mostraste seguridad y que dominas todos los pormenores de tu trabajo, no tienes nada que temer, porque en ese momento nadie sabrá más que tú de tu trabajo.
Si la defensa ha sido exitosa, probablemente las preguntas sean para aclarar algunos aspectos o conceptos, o posiblemente se hagan sugerencias que mejorarán tu trabajo, y si este es el caso, que no se te olvide dar las gracias por ello.