Patatas meneás: el truco para que te queden mejor que en el bar

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Hay recetas por las que parece no pasar el tiempo. Es el caso de las típicas patatas meneás. Un plato tradicional de toda España, sobre todo de la zona de Castilla, que puede recibir muchos nombres: revolconas, removidas, revueltas… Aunque su preparación siempre es sencilla (se trata, en origen, de una comida humilde) puede variar de unos lugares a otros. De hecho, al tratarse de una tapa de lo más común, cada cocinero suele tener su truquillo para hacerlas únicas. Nosotros te vamos a contar algunos de ellos para que cuando las prepares en casa no tengan nada que envidiar a las mismas que se comen en los bares, muchas veces como aperitivo.

¿Lo mejor de todo? Que es un aperitivo o una comida baratísima, que en estos tiempos en los que hacer la compra resulta más costoso que nunca, seguro que se agradece. Además, con él seguro que quedas de maravilla ante cualquier visita, amigos o la propia familia. No pierdas detalle.

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Los ajos y el pimentón de las patatas meneás

El siguiente paso para tener unas patatas meneás de primera pasa por aprovechar el aceite en el que se han hecho los torreznos o la panceta para freír el ajo. Al igual que ha pasado con la carne, solo hacen falta unos minutos para que este se dore y empiece a tener un aspecto apetitoso.

Con lo que sí conviene tener cuidado es con el pimentón. Y es algo que se puede aplicar a muchas otras recetas: este se quema fácilmente. ¿Nuestro truco? Cuando los ajos ya estén, apagar el fuego y echarle el pimentón para que no se queme.