Las novatadas ubiversitarias llegan con septiembre y preocupan a padres, nuevos alumnos y a las instituciones educativas, porque en muchas oportunidades las cosas se han salido de control con resultados absolutamente desastrosos, pero, en muchos casos, los efectos de las novatadas son peores, porque no son visibles, sino que se quedan en la psique de las personas.
Las novatadas son rituales de iniciación, normalmente revestidos de cierta crueldad, a las que se somete a los nuevos estudiantes que ingresan en una institución educativa, en particular en las instituciones de carácter universitario y son planificadas y ejecutadas por los estudiantes veteranos, que están ansiosos por el inicio de actividades, para recibir a los nuevos con una actividad particular.
¿Qué tan serios son los efectos de una novatada?
De acuerdo con autoridades que han estudiado este fenómeno de la sociedad estudiantil en los Estados Unidos, unos 173 alumnos han fallecido en medio de rituales de iniciación, o novatadas, entre los años 1973 y 2013, de manera que no se trata de un fenómeno menor, o que deba ser tomado a la ligera.
Investigadores como Hank Nuwer definen las novatadas de la siguiente manera: “cualquier situación que se da en un grupo en el que se considera que hay miembros que tienen poder (los antiguos) y otros miembros que no lo tienen (los recién llegados) que fuerza a estos últimos a cometer actos (normalmente degradantes) para ganarse el acceso a la organización o para ser “estimados” dentro de la misma”
¿Cómo están reguladas las novatadas en España?
Puede que te sorprendas mucho, pero en España, salvo el hecho de que las novatadas están prohibidas de manera general, no existe ninguna regulación adicional, lo que hace que los estudiantes senior puedan actuar impunemente, y siempre que la ejecución de la novatada no entrañe en sí misma una conducta que sea sancionada como un delito, pueden seguir practicándolas sin que ello represente ningún problema.
¿Es un condicionante de la sociedad estudiantil?
La pregunta que nos hacemos es ésta, ¿Por qué los nuevos alumnos toman parte en las novatadas y hasta se dejan humillar dando su consentimiento para ello? Y la respuesta es muy sencilla, todo se reduce a la aceptación como un miembro más del grupo. Pero, ¿Qué sucede con los que se niegan directamente a someterse y ser víctimas de las novatadas?
Todo individuo que posea una alta auto estima y se encuentra bien formada, no se dejará someter a los ritos de iniciación, y no se sentirá excluido por ello, pero son muchos los que necesitan esa aceptación grupal y se someten a las novatadas.
Lo que ocurre es que el resultado de las mismas puede tener consecuencias insospechadas, que pueden afectar al sujeto hasta psicológicamente, y entonces la actividad realizada para obtener aceptación se convierte en una dolencia que puede modificar totalmente la vida del mismo.
¿Dónde tuvieron su inicio las novatadas?
Tuvieron su origen en la Grecia Antigua, de hecho, el primero que refleja la realización de rituales de inciación es Platón, quien hizo observaciones en sus escritos, como los veteranos de La Academia trataban con mucha violencia a los nuevos estudiantes.
Éstos eran sometidos a distintas pruebas, en las que los novatos tenían que demostrar que se merecían tener un sitio en La Academia, para ser tratados con el mismo respeto y dignidades de las que disfrutaban los estudiantes veteranos.
Esta actividad llegó a tener tales proporciones alarmantes, que en el año 530, en la época del Imperio Bizantino, siendo emperador Justiniano, tuvo necesidad de decretar por primera vez una ley que prohibía los ritos de iniciación entre los estudiantes de derecho.
¿Cuándo se prohibieron en España?
Quizás te sorprenda que la regulación no se refiera expresamente a que las novatadas están prohibidas, porque el Real Decreto-ley 1791/2010, 30 Diciembre 2010, Capítulo XIII, dispone en su artículo 63 que las universidades tienen el deber de garantizar “las condiciones adecuadas que garanticen en su práctica docente e investigadora la presencia de los valores que pretende promover en los estudiantes: la libertad, la equidad y la solidaridad, así como el respeto y reconocimiento del valor de la diversidad asumiendo críticamente su historia.”
Y como las novatadas van en contra de los derechos estudiantiles que deben garantizar las universidades, entonces han sido las propias instituciones educativas las que han prohibido estas prácticas dentro de sus claustros.
¿Cuáles son los tipos de ritos de iniciación?
Un rito de iniciación es otra forma de referirse a las novatadas y su tradición es muy antigua, pudiendo distinguirse que existen tres clases de ritos de iniciación:
- Ritos de iniciación físicos: se trata de las más comunes y un ejemplo es el de una joven que tiene que aceptar recibir un tortazo de un estudiante senior en la Universidad Complutense en Madrid, o la ingesta continuada de bebidas alcohólicas por medio de embudos, que anualmente provocan la hospitalización de más de 100 novatos en los servicios de emergencias por un coma etílico.
- Ritos de iniciación psicológicos: son prácticas crueles, en las que hasta pueden imponerse grandes humillaciones a los nuevos alumnos.
- Ritos de iniciación sexuales: estás son muy graves, incluso podrían constituir en sí mismas la comisión de una clase de delito perseguido y castigado en el Código Penal.
¿Debo someterme a una novatada?
La respuesta es NO, y se trata de un no como la copa de un pino, porque debes ser valiente, hacerte respetar y defender tus derechos como individuo. Recuerda que los demás no podrán hacerte lo que tú no quieras, y si actúan en grupo para constreñirte, estarán cometiendo una actividad ilícita.
¿Qué estadísticas se manejan?
En estas ocasiones, podría considerarse que los estudiantes mayores estarían actuando como una manada, pero según las estadísticas que se manejan, en especial por la página Comunidad Laboral Universitaria-Trabajando.com sobre novatadas estudiantiles, un 46% de los estudiantes consultados ha confirmado que fueron víctimas de estos ritos de iniciación.
La consulta continúa con cifras más alarmantes, porque de ellos, un 80% dijo que no las había denunciado, y un 59% dijo haber sufrido efectos psicológicos por ello, mientras que un 20% directamente decidió dejar los estudios como consecuencia de lo que les hicieron.
Lo lamentable es que ante los abusos que han podido ser documentados, las instituciones universitarias lo único que pueden hacer es prohibirlas administrativamente, llevar a cabo iniciativas que tratan de concienciar a los estudiantes mayores sobre el abandono de estas prácticas y hacer campañas como la de “Novatadas No” de la Universidad de Comillas.
Lo cierto es que nos parece que las autoridades universitarias no han hecho uso de todo el poder que tienen en sus manos para impedir que estas prácticas proliferen, porque prácticamente no se han visto casos de alumnos que hayan sido expulsados por haber ejecutado una novatada, cosa que perfectamente están facultados para hacer, o, al menos, no se han hecho tan mediáticos. ¿Qué opinas tú?