El estrés forma parte de nuestro día a día cada vez de una forma más común. Pasamos la vida estresados sin darnos cuenta. El estrés (del latín stringere) es una reacción fisiológica del cuerpo en el que se ponen en juego varios mecanismos de defensa para afrontar una situación que se cree que es amenazante.
Normalmente luchamos con tantas cosas en nuestro día a día que es muy normal sufrir estrés. Y nos pensamos que es difícil no padecerlo porque los problemas parece que no terminan nunca, personales, laborales, la familia, el hogar, etc. Una unión de cosas que termina por agobiarnos y hacen que este siempre esté presente en nuestras vidas.
[nextpage title= «Dormir mal»]
Dormir mal es una de las primeras señales que nos muestran que tenemos estrés. Notas que te cuesta demasiado trabajo conciliar el sueño y cuando por fin lo logras, te encuentras con un sueño poco profundo y muchas veces con pesadillas.
Si pasas los días peleando por llegar a tiempo a tu lugar de trabajo o de estudios porque no has descansado de noche y te has quedado dormido, debes saber que es un síntoma de estrés y empezar a tomar medidas.
Dedica tiempo a ti mismo. No pases por alto esta señal que es de las primeras por las que tu cuerpo te enseña que estás sufriendo un periodo de estrés alto. Ayúdate con infusiones relajantes, toma un baño caliente antes de dormir y, sobre todo, olvídate de las preocupaciones tanto como puedas.
[nextpage title= «Resfriado»]
Si tu cuerpo se está viendo sometido a mucho estrés suelen bajar también tus defensas y el resultado es que suceden cosas como que te resfrías con facilidad, demasiado a menudo. No te das cuenta y esto es por el estrés.
Cuando el cuerpo se somete a niveles muy altos de estrés nuestro sistema inmunológico se llega a ver afectado, el cuerpo no tiene energía suficiente para protegerse de las enfermedades, ni de las más comunes y fáciles de evitar.
Si has sufrido más de un resfriados últimamente, observa tu carga de trabajo porque tal vez estás en un periodo de estrés y tu sistema inmunológico esté siendo afectado. Intenta tomartelo todo con más calma, es tu salud la que está en juego.
[nextpage title= «Dolores»]
Tienes dolores musculares, sobre todo en el cuello y en la espalda, esas zonas en las que la tensión se acumula. Las probabilidades por su puesto son mayores si tienes que trabajar en una silla incómoda o en un escritorio que no está a la altura correcta.
Aunque no lo puedas creer, el estrés causa mucho más síntomas físicos de los que pensabas. Se ve afectado el aparato muscular: la tensión aparece en forma de contracturas a distintos niveles, mandíbulas, cuello, espalda, dolores en piernas, lumbago.
La migraña también puede aparecer si tienes estrés, se conoce como migraña tensional. Los problemas musculares incluyen así dolores de cabeza tensos, y tensiones musculares que derivan en desgarro muscular y problemas en tendones y ligamentos.
[nextpage title= «Preocupado»]
Otra forma de estrés, uno que se conoce como estrés agudo episódico surge de la preocupación sin cesar. Si eres de los que ves el desastre inminente siempre y te imaginas con pesimismo una catástrofe en cada situación, estarás siendo propenso al estrés.
Los que creen que está todo mal también tienden a ponerse demasiado nerviosos y a estar tensos, además suelen estar más ansiosos y deprimidos que enojados y hostiles. Si notas que no puedes dejar de pensar en algo, para un poco, pon freno a esa vida sin parar.
Ya sea tu trabajo, el examen que tienes que presentar la próxima semana o en cualquier cosa que te haga sentir preocupada, si notas esto es probable que estés algo estresado. Piensa en serio tomarte un descanso y después ocúpate de resolver tus tareas.
[nextpage title= «Enfado»]
Todo te irrita, cada vez más. Es habitual que las personas con reacciones de estrés agudo estén demasiado agitadas siempre, tengan mal carácter, sean irritables, ansiosas y estén tensas. Suelen verse como personas con «mucha energía nerviosa».
Siempre tienen prisa por algo, suelen ser cortantes y a veces su irritabilidad se transmite como enfado o sensación de hostilidad. otros responden con hostilidad real al no entender el estrés ni el comportamiento del otro.
El trabajo se vuelve un lugar muy estresante para ellas. El estrés muchas veces puede pasar desapercibido, o creemos que podemos controlarlo, y que cuando llegue el punto en que estemos a punto de explotar, encontraremos la manera de eliminar toda la presión de nuestra vida, lo cual no es para nada verdad.
[nextpage title= «Peso y comer»]
Con el estrés podemos tener dos reacciones no normales con la comida, podemos dejar de comer o comer demasiado. Esto hace que nuestro peso cambie, ocasionando podemos perder o ganar peso. Esto no es para nada saludable.
Hay dos extremos en este punto que te pueden indicar que tu organismo está siendo victima de demasiada presión y que tienes estrés. Si hay veces en las que te saltas el almuerzo porque no tienes hambre, o de repente te dan deseos incontrolables de comer alimentos ricos en grasas y azúcar.
Hay estudios que demuestran que el estrés crónico puede llevarnos al aumento de peso, a la obesidad e incluso a padecer diabetes. Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo activa hormonas, como el neuropéptido y el cortisol.
[nextpage title= «Dolor estómago»]
El estrés también conlleva diversos problemas estomacales e intestinales como acidez, flatulencia, diarrea, estreñimiento y síndrome de intestino irritable. Si tienes estos síntomas antes de pensar en otra cosa revisa tu nivel de estrés.
Todas aquellas personas que sufren de forma habitual dolores de estómago, ardores, náuseas o flatulencias deben prestar atención a factores psicológicos tales como temporadas de mucho trabajo o actividades que conlleven estrés.
Puede pasar que a causa de un estado permanente de excitación y nerviosismo (estrés) estés sufriendo algún tipo de patología digestiva debido a altos niveles de tensión que no estén siendo liberados del organismo de forma correcta.
[nextpage title= «Ansiedad»]
El estrés puede venir de cualquier situación o pensamiento que et haga sentir con necesidad continua de tener que hacer algo, sentirte furioso o ansioso. Lo que es estresante para una persona no necesariamente es estresante para otra. Pero si tienes ansiedad, no dejes de estar atento al estrés.
La ansiedad es un sentimiento de recelo, nerviosismo o miedo. La fuente de este desasosiego no siempre se sabe o se reconoce, lo que puede aumentar la angustia que uno siente. Lo mejor es buscar el origen del estrés y tratar este.
Encontrar la razón puede ser difícil, ya que la causa de la ansiedad puede no ser consciente. Un primer paso consiste en hacer un a lista de los factores que creas que podrían estar ocasionando el «exceso de estrés», tratando de ser lo más sincero posible con uno mismo.
