Qué mejor que esta semana para ponerse ya a tope con los platos de cuchara y la comida caliente, que ya el buen tiempo va quedando atrás y llegarán los días en que apetecen sobre todo platos así. Y si hay un ingrediente habitual para este tipo de recetas son las lentejas. Nuestras abuelas siempre han sido siempre nuestro referente en platos tradicionales, y más aún con las legumbres, con esas comidas contundentes.
6CUANDO LAS LEGUMBRES NO ESTÁN YA TRATADAS
Hablamos de caso de no tener o no querer usar legumbres en conserva, ya listas para consumir, bien en guisos o en ensaladas, como hemos señalado. Es cómodo coger el bote y añadir lentejas o garbanzos en una rica ensalada con verduras o incluso alguna fruta. Un plato fresco y nutritivo. Sin embargo, si prefieres cocinarlas desde cero y comprarlas secas, hay que someterlas a un proceso de remojo y cocción para que estén comestibles.
Por supuesto, es vital que las legumbres sean de calidad, lo más frescas posibles, en este caso suficiente con que sean del año. Ten en cuenta que a más tiempo, más dureza y por tanto más tiempo en remojo y más cocción. Por tanto todo ello es válido para las lentejas, más aún si quieres que sean como las que hacía tu abuela.