Hoy recordamos a San Ignacio de Antioquía, uno de los tantos mártires que fueron arrojados a los leones por las autoridades por causa de su fe, sobre la cual siempre se mostró firme y valiente, con una profunda convicción de su creencia en los postulados de Cristo.
Ignacio es un nombre muy común en España y el santoral de hoy nos brinda una nueva oportunidad para felicitar a todos aquellos a los que conozcamos, que según el Instituto Nacional de Estadística, son más de 90.000, y eso que no estamos haciendo referencia a las Ignacias, que también hay muchas. Que no se te olvide felicitar a ninguno.
San Ignacio de Antioquía
Lo más relevante de la vida de este santo, que para el momento de su martirio tenía el cargo de Obispo de Antioquía, parece ser la forma en que fue martirizado, que su biografía recoge muy bien, pues cuando se encontraba el Siria, fue condenado por las autoridades a morir martirizado, devorado por fieras en la ciudad de Roma.
De manera que tuvo que ser trasladado desde Siria hasta Roma, en un camino que duró algunas semanas, tiempo que aprovechó para poder redactar 7 cartas, que fueron a los efesios, a los magnesios, a los tralianos, a los romanos, a los filadelfianos, a los esmirniotas y, por último a Policarpio.
Una de estas cartas llama particularmente la atención, porque les pedía a los fieles que le ayudaran con sus oraciones a Dios para que los leones que le iban a arrebatar la vida lo hicieran rápido, que no lo dejaran sangrante y agonizante, porque eso le permitiría poder declarar más rápidamente su amor por Cristo.
Las palabras exactas de San Ignacio de Antioquía en esa carta fueron «Yo quiero ser devorado, molido como trigo, por los dientes de las fieras para así demostrarle a Cristo Jesús el gran amor que le tengo». Según aparece en los registros, su muerte tuvo lugar entre los años 108 y 110. A partir de allí se le empezó a considerar como uno de los padres de la iglesia, particularmente un padre apostólico, porque la cronología de tiempo en el que vivió lo acerca mucho al tiempo en el que vivieron los apóstoles.
Datos de la vida de San Ignacio de Antioquía
Otro dato interesante del legado que nos dejó San Ignacio de Antioquía es que fue el primero en emplear como adjetivo calificativo ‘Católica’ para hacer referencia a la Iglesia. Además de ser uno de los padres apostólicos de la Iglesia, es un santo reconocido tanto por la Iglesia Católica, como por la Iglesia Ortodoxa, sólo que para los ortodoxos su onomástico se celebra el día 20 de diciembre.
Las cartas de San Ignacio de Antioquía fueron descubiertas e identificadas en el transcurso de los siglos XVI y XVII, luego de haber sido examinadas en un polémico y muy arduo proceso. Su naturaleza protocatólica molestó a los teólogos protestantes entre los cuales se encontraba Juan Calvino, quien llegó a impugnarlas de manera bastante enérgica. Esta pugna por la verdadera naturaleza de las cartas continuó hasta el siglo XIX, cuando finalmente se pudo determinar cuántas y cuáles habían sido escritas por San Ignacio de Antioquía.
Por supuesto, a raíz de la polémica, se determinó que eran genuinas y escritas por San Ignacio de Antioquía fueron las que escribió a las comunidades cristianas de Éfeso, Magnesia del Meandro, Trales, Roma, Filadelfia y Esmirna, además de una carta personal al obispo Policarpo de Esmirna, quien fue otro padre de la Iglesia y también un padre apostólico.
Los escritos de San Ignacio de Antioquía están próximos en el tiempo a la redacción de los evangelios y una parte de la investigación ignaciana está centrada en esclarecer su relación con ellos. Las cartas ofrecen, además, valiosos indicios sobre la situación de las comunidades cristianas a finales del siglo I y comienzos del siglo II.
El 17 de octubre también se recuerda a otros santos y beatos, cuyos nombres son San Dulcidio de Agen, San Florencio de Orange, San Gilberto de Toulouse, San Isidoro Gagelin, San Juan eremita de Licópolis, San Oseas profeta, San Ricardo Gwyn, Beato Baltasar Ravaschieri de Clavario, Beato Contardo Ferrini, Beato Jacobo Burin, Beatas María Natalia de San Luis Vanot y compañeras, Beato Pedro de la Natividad de Santa María Virgen Casani, Beato Raimundo Esteban Bou Pascual y Beata Tarsila Córdoba Belda.