2022 no está siendo un buen año para quienes trabajan por su propia cuenta. Tras unos años de bajada en las cifras de accidentes laborales de los autónomos, en los últimos meses su número ha crecido de forma notable.
Las cifras se han duplicado en comparación con el año anterior, lo que ha llevado a las asociaciones que representan a este colectivo a solicitar al Gobierno la adopción de un plan específico de seguridad laboral.
Los autónomos que tienen empleados a su cargo deben velar por la seguridad y la salud de sus trabajadores. Sin embargo, la ley no obliga a quienes trabajan por su propia cuenta a tomar medidas específicas para cuidar su salud.
Por ello, muchos profesionales que trabajan por su cuenta no son del todo conscientes de los riesgos que implica su actividad y no toman las medidas de precaución que serían recomendables en su caso.
Entre enero y marzo de este año se han producido 14 accidentes laborales de autónomos con resultado mortal. Esto supone el doble de las acontecidas durante el mismo período del año pasado.
En su conjunto, la siniestralidad de los trabajadores por cuenta propia creció un 2,5% entre los meses de enero y febrero en comparación con los meses de enero y febrero de 2021. El colectivo denuncia que no existe una verdadera cultura preventiva.
En los últimos dos años se había apreciado un descenso en la siniestralidad entre el colectivo autónomo. También han estado a la baja los accidentes laborales entre los asalariados. Pero esto no se debe a una mejora en la prevención.
Las cifras han sido más bajas en 2020 y 2021 debido a la incidencia de la pandemia. Porque en muchos sectores no se ha podido empezar a trabajar con normalidad hasta hace relativamente poco, por eso había menos accidentes. Es exactamente lo mismo que ha ocurrido con los accidentes de tráfico.
Con las cifras de accidentes laborales de los autónomos volviendo a la triste realidad, el colectivo ha denunciado que es necesaria una mayor intervención en esta materia por parte de los poderes públicos.
Los autónomos quieren poder disfrutar de toda la protección de la que gozan los trabajadores por cuenta ajena, y eso implica un esfuerzo público que va más allá de la organización de cursos de prevención de riesgos laborales.
Los afectados denuncian que ni el Gobierno central ni las Administraciones territoriales cuentan con una partida presupuestaria para llevar a cabo campañas de formación de los autónomos en materia de riesgos derivados del trabajo.
En cierta medida se obliga a los autónomos a ser autodidactas en esta materia. Con ello, se está convirtiendo a los profesionales que trabajan por cuenta propia en el eslabón más débil dentro de la prevención de riesgos laborales.
Aunque la protección pública frente a los accidentes laborales de los autónomos sigue siendo muy escasa, lo cierto es que se han producido algunos avances en la materia. Desde 2019, todos los miembros de este colectivo están obligados a cotizar por contingencias profesionales.
A pesar de ello, un autónomo lo tiene realmente complicado para que se reconozca que un accidente tiene la condición de laboral. Y la cosa se complica todavía más si se trata de un freelance que trabaja desde su casa.
La cotización de los autónomos por contingencias profesionales le brinda a la Administración una gran cantidad de información valiosa sobre el tipo de accidentes que suelen sufrir estos profesionales y las lesiones más habituales.
Información que el colectivo considera que debería ser utilizada para empezar a desarrollar planes de prevención y también para fomentar una cultura de la prevención que haga a los autónomos más conscientes de los riesgos a los que están expuestos.
A pesar de que en los últimos meses hemos experimentado un repunte en el número de autónomos fallecidos en accidente laboral, lo cierto es que los accidentes calificados como graves han sido menos que en años anteriores.
En el primer trimestre del año se produjeron un total de 76 siniestros afiliados como graves, que es un 12,6% menos que en el mismo período de 2021. Por ello, sorprende que el número de muertes se haya duplicado.
La siniestralidad parece distinguir entre géneros y es más habitual entre los varones. En comparación interanual, el número de accidentes laborales que afectaron a trabajadoras autónomas fue un 7,9% inferior al de 2021.
En el caso de los varones ha ocurrido, al contrario. Los accidentes se han incrementado un 4,8% en este 2022 con respecto al mismo período del año anterior.
Como es lógico, hay un mayor número de accidentes laborales de los autónomos en Comunidades Autónomas en las que las cifras de afiliación son más altas. Pero en regiones como Navarra o Castilla-La Mancha, que tienen menos autónomos, los datos también son altos.
La mayor concentración de accidentes laborales de autónomos se ha producido en este principio de año en Andalucía. En el extremo contrario tenemos a Ceuta y Melilla, que son las regiones con menos siniestralidad.