Suele decirse que las grandes expectativas llevan a grandes desilusiones. Y desde luego eso es lo que le ha sucedido a Netflix con uno de sus últimos proyectos más ambiciosos: Blonde. O lo que viene a ser lo mismo, la última aventura cinematográfica que narra la compleja vida de la actriz Marilyn Monroe.
A priori, todo parecía indicar que la biografía de uno de los grandes iconos del siglo XX resultaría suficiente reclamo para despertar el interés de los suscriptores de la plataforma. Más aún con la presencia de Ana de Armas, una de las actrices de moda en Hollywood, como protagonista encargada de dar vida a la rubia intérprete. Pero hay ocasiones que el público, que es al final quien decide, resulta impredecible.
Desde el primer momento Blonde se ha visto rodeada por la polémica, sin faltar aquellos apasionados del recuerdo de Marilyn que han visto en ella una cinta excesivamente sexista, dramática y “aprovechada”. Aunque como se suele decir, el revuelo levantando por el estreno podría haber presagiado un tirón aún mayor. Ya se sabe lo que se acostumbra a comentar en estos casos: que se hable de mí, aunque sea mal.
Nada más lejos de la realidad. El primer golpe sufrido por Blonde llegó con las críticas profesionales. Tratándose de uno de esos films que nace con la intención de acaparar los buenos comentarios y, por qué no decirlo, con un ojo y medio puesto en los premios internacionales, la tibia respuesta de muchos expertos supuso un duro revés. Pero sin duda lo peor llegó con los datos, facilitados por Netflix, y que parecen encontrarse a años luz de lo que la compañía esperaba.
En la primera semana de su estreno, después del revelo generado por lo explícito y contundente de algunas de sus escenas, Blonde solo fue capaz de cosechar un total de 37,34 millones de horas reproducidas. Puede dar la impresión de ser mucho, pero no lo es, echando un vistazo a otros de los estrenos que podrían catalogarse como “potentes” de la plataforma.
Para hacerse una idea al respecto, solo hace falta fijarse en que No mires arriba, con Leonardo DiCaprio al frente, no tardó en alcanzar los 359,79 millones de horas en poco tiempo. Es cierto que Blonde tiene un presupuesto relativamente ajustado (22 millones de dólares), pero su atractiva protagonista hacía presagiar un interés mayor entre los cinéfilos. Para colmo, la segunda semana tras su estreno, que muchos consideran clave para determinar el éxito o fracaso de una película de Netflix, el drama redujo aún más sus números, bajando hasta los 17,41 millones de horas reproducidas. Es decir, que Blonde en ningún momento ha logrado ni siquiera posicionarse entre los largometrajes más vistos del momento.
Ana de Armas, una rubia peligrosa
El esfuerzo de la actriz cubano-española Ana de Armas por meterse en la siempre turbulenta piel de Marilyn Monroe, parece no haber sido suficiente para llevar a buen puerto el proyecto. Un proyecto que, todo sea dicho de paso, ya comenzó con malos augurios en forma de cancelaciones y problemas en su preproducción.
Con todo, hay que reconocer que Blonde sí ha tenido algo positivo: no son pocos quienes han destacado la actuación de Ana de Armas, cuya meteórica carrera en Hollywood parece continuar ganando enteros con cada nueva película que protagoniza.
A pesar del traspiés, al menos a nivel de audiencia, sufrido por Blonde, todo parece indicar que la intérprete continuará en lo más alto, después de haber participado en éxitos americanos como Blade Runner 2049, Deep Water o, sobre todo, la aclamada cinta de suspense Puñales por la espalda. O eso sería lógico, ya que en Hollywood las cosas no acostumbran siempre a ser lo que parecen. Y si no, que se lo pregunten a la propia Marilyn…