Fernando Alonso es considerado por muchos uno de los mejores pilotos de la historia, pese a que su condición de bicampeón del mundo ha sido igualada y superada por muchos otros pilotos. Sus malas decisiones y la escasa fortuna han condenado al español, al que hace 15 años muchos veían con la posibilidad de igualar los siete Mundiales que hoy ostentan Michael Schumacher y Lewis Hamilton. Mientras sus detractores celebran cada fiasco, sus fans más acérrimos se excusan en el coche y tienen como argumento más sólido para enaltecerle la ventaja que siempre ha tenido sobre sus compañeros de equipo.
Sin embargo, este razonamiento se puede venir abajo en 2022. Fernando Alonso, en las dos décadas que lleva en el ‘gran circo’, tan solo ha cedido una vez frente a la persona con la que compartía escudería. No pudo con Button, un campeón del mundo, cuando estaba en McLaren-Honda. Claro que ese año apenas pudieron acabar carreras por la falta de fiabilidad del coche. Hasta otros como Vettel o Hamilton han cedido ante sus compañeros con coches que sí daban la talla.
En este 2022 la buena racha de Fernando Alonso se puede ir al traste. Solo restan cuatro carreras para que acabe el Mundial y el francés está ubicado en la octava posición con 78 puntos. El español está justo detrás, a 12 puntos. No es demasiada diferencia, pero con la unidad de potencia desgastada parece complicado vislumbrar que el bicampeón del mundo consiga revertir los últimos resultados.
La mala suerte… ¿y un complot?
De nuevo la mala suerte sale a escena. Solo hace falta ver la última carrera, donde se quedó a escasas milésimas de Vettel y de cerrar la vuelta rápida en carrera. Las primeras carreras, otro ejemplo. Su rendimiento, realmente elevado, se vio truncado en cuanto a resultados por la mala fiabilidad del Alpine. Tras una serie de buenos resultados, ha emergido otro problema, una ‘mano negra’, que él mismo resumió en el Gran Premio de Suzuca por la radio. “¿Qué me estáis haciendo este año?”, concluyó.
El mismo confesó tras la carrera que había pedido entrar antes, y no a falta de seis vueltas, a poner un nuevo juego de neumáticos intermedios. Pero su micrófono, curiosamente, estaba rato. En otros circuitos el equipo no ha facilitado su adelantamiento cuando el ritmo era superior al de Ocon. Y ni siquiera han reprimido de ninguna forma al francés cuando de forma peligrosa le ha cerrado la puerta a Fernando Alonso en perjuicio de Alpine.
La salida de Fernando Alonso
Esta situación viene agravada tras el inesperado cambio de rumbo de Fernando Alonso. Alpine quiso jugar a dos bandas entre renovar a Fernando Alonso u ofrecer un asiento oficial al prometedor Piastri y el mismo día se quedó sin ninguno. Ambos se cansaron de esperar: el veterano anunció que se marchaba a Aston Martin y el joven a McLaren. Esto, en el seno de Alpine, no sentó nada bien. Hasta la semana pasada estaban sin piloto de cara a 2023, aunque ahora han encontrado en Gasly una solución notable.
Fernando Alonso tampoco ha contribuido a hacer las paces. El último día escogió a Aston Martin para probar un simulador, en un gesto feo y directo hacia Alpine. Quedan solo cuatro carreras, pero la escudería gala no parece tener ningún interés en que el español pueda superar en pista a Ocon. Mano negra o no, casi todos los problemas del coche le han tocado este año al asturiano, que después de mucho tiempo podría volver a acabar un Mundial por detrás de su compañero de equipo.
De momento quedan cuatro citas del calendario. El español necesita corregir un defecto si quieres aspirar a superar a Ocon: rendir mejor en calificación. En Suzuca el español estuvo mejor en la Q1 y la Q2, pero a la hora de la verdad clasificó por detrás del francés. Por mucho que después tenga mejor ritmo en carrera, rebasarle será imposible. Por ello, el asturiano también tiene parte de culpa en esa ‘mala suerte’.