El acto de solicitar una hipoteca no solo es común en los jóvenes que buscan una primera vivienda, sino que también se extiende a edades más avanzadas, ya sea como segunda residencia o como potencial inversión. La cuestión es, si se necesita un préstamo hipotecario, ¿se puede solicitar a cualquier edad o existe algún tipo de límite legal o extraoficial?
Para ello, hay que comenzar el análisis desde el principio. Los bancos analizan detenidamente cualquier tipo de detalle cuando una persona pide financiación. Como bien se sabe, esto tiene que ver con los aspectos relacionados para tener el visto bueno del crédito: solvencia, capacidad de pago, volumen de deudas y un largo etcétera.
Dentro de estos criterios en los que se fijan las entidades financieras se encuentra, efectivamente, la edad. Es algo muy importante y que la banca tiene en cuenta, ya que influye en el plazo y además se puede alargar más allá de la jubilación. Además, es un momento en que es fácil que los ingresos se reduzcan, según comenta Ricardo Gulias, CEO de Rn tusolucionhipotecaria.com
Los años actúan como un límite a la duración de la hipoteca, lo que terminará repercutiendo sobre el importe que se puede pedir de financiación con la capacidad para endeudarse.
Dicho de otro modo que pueda ser más entendible: no existe una edad máxima para que concedan la hipoteca, pero sí una en la que la entidad querrá que se haya terminado de pagar el préstamo. Esa edad límite depende de cada entidad financiera, pero suele moverse entre los 70 y los 75 años, con alguna excepción hasta los 80.
Teniendo en cuenta esta referencia, ¿cuál sería la edad máxima media para poder pedir una hipoteca sin tener alguna complicación? Pues más o menos el umbral de los 65 años podría ser la edad máxima a la que pedir y conseguir un préstamo hipotecario, pese a que depende, de cada banco.
Hay que saber que la edad es solo uno de los parámetros que las entidades financieras tienen en cuenta al estudiar cada petición de hipoteca. Hay otros elementos que se tienen en cuenta, como los ingresos y lo estables que son, cuánto dinero se tiene ahorrado o el propio valor de la vivienda que se quiere comprar.
Si todos estos elementos son positivos, se puede conseguir una hipoteca independientemente de la edad, pero si no lo son, ser joven tampoco ayudará a lograr la financiación para una vivienda.
Por ejemplo, con 50 años se podrá conseguir una hipoteca sin lugar a duda, siempre que se cumplan el resto de los requisitos. Lo que se limita a partir de esa edad es la duración del préstamo.
Se supone que si se pide la hipoteca con 50 años y que la entidad establece los 75 años como edad máxima a la que se debe haber terminado de pagar el préstamo. En ese caso solo se podrá solicitar una hipoteca de 25 años de duración.
¿Y si una persona está jubilada se puede hipotecarse? Pues la respuesta es que sí. El haberse jubilado no es impedimento para firmar una hipoteca. De hecho, una de las ventajas es que los ingresos serán mucho más estables que con un salario. Por el contrario, la desventaja es que la hipoteca a la que se puede acceder tendrá una duración limitada.
Además, la edad no tiene por qué influir en el porcentaje de financiación, aunque sí puede ser un hándicap. La razón es que se tendrá menos años para pagar y eso puede hacer que la cuota sea elevada. Hay que incidir en que no todas las entidades financieras ofrecen hipotecas por el 100% de la vivienda, por lo que consultar con un experto hipotecario es esencial para ubicarse en la hipoteca idónea y así evitar problemas futuros, dice Ricardo Gulias.