Si por algo se caracteriza y define Barcolobo es por la excelente calidad de sus uvas, fruto del trabajo y tesón de la familia Isidro a cargo del viñedo y también del entorno privilegiado en el que se encuentra esta bodega: Finca La Rinconada, dentro de la Reserva Natural Riberas de Castronuño – Vega del Duero’.
Un enclave singular, de larga tradición agraria, ganadera y cinegética. De toda la extensión, un total de 20 hectáreas albergan el viñedo Barcolobo, en el que se cultivan variedades Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Syrah.
Todos los factores tienen un papel fundamental. Si este paraje natural es un lugar protegido es por la suma importancia de todos sus componentes. No solo la flora y la fauna (un bosque repleto de álamos blancos, sauces, encinas, chopos negros, por los que campan garzas imperiales y agiluchos laguneros), sino también por la peculiaridad de sus suelos y su clima.
Concretamente, Finca La Rinconada se caracteriza por suelos arenosos de canto rodado, capaces de recoger el agua de la lluvia y mantener la humedad en los meses de sequía, dentro de un clima continental de influencia atlántica, con inviernos fríos y veranos sometidos a rigurosas temperaturas. Esta combinación desempeña un papel fundamental en el desarrollo de las cepas, produciendo uvas de calidad excepcional que destacan por su gran concentración.
Como resultado, cinco variedades de vinos de lujo, de incomparable calidad y sabor, con toques de lo más característicos que acaban por volverse únicos gracias a los procesos de elaboración y crianza. Una producción que se lleva a cabo con el máximo cuidado y respeto, desde la recolección manual en pequeñas cantidades hasta su mantenimiento en frío para conseguir una mayor extracción de aromas varietales, colores y taninos nobles.
Vinos Barcolobo
Victoria
El Victoria, vino tinto de uva Tempranillo, Syrah y Cabernet Sauvignon, pertenece a la añada de 2016. Aquel año estuvo marcado por la persistencia de fuertes calores durante un largo verano sin tormentas ni lluvias; lo que ha dado lugar a grandes diferencias entre madurez alcohólica y fenólica. Se recomienda servir a 16 °C: una temperatura ambiente perfecta para percibir las notas afrutadas acariciadas por la madera y el regaliz, y también los toques ahumados y los estímulos balsámicos de menta.
La Rinconada
Se trata de otro vino tinto elaborado con uva Tempranillo, que por su volumen, se recomienda tomar algo más fresquito, entre 14 y 16 °C. En aroma, se perciben unas notas a frutos rojos, lácteos y cacao; en boca, aparecen notas a fresa. Es ideal para tomar con un aperitivo: embutidos o quesos semicurados.
Verdejo
El único vino blanco Barcolobo se produce con uva Verdejo. Dado que se trata de un vino muy fino, se recomienda servir a 8 °C. Además de refrescar el paladar con sus toques de fruta madura y sus notas amargas, es capaz de saciar la sed. Es ideal para tomar con platos más elaborados, como arroz o marisco.
Jaral
Pertenece a la gama de los tintos y toca hablar del vino Jaral. Elaborado con varietales Cabernet Sauvignon, Syrah y Tempranillo, esta bebida se recomienda tomar también a 16 °C. Es la temperatura media ideal para apreciar todos los aromas de un vino. En este caso, notas balsámicas de tabaco y especias dulces; en general, un vino equilibrado, fresco y persistente.
Lacrimae Rerum
La familia Barcolobo cierra su bodega con este rosado, Tempranillo 100 %. Como en el caso del vino Verdejo, se recomienda servir a 8 °C para apreciar todos sus matices: aroma a fruta fresca con toques de almendra.
El proceso de crianza varía según el tipo de vino. El Victoria es envejecido en barricas de roble francés de 225 litros durante 14 meses; igual que el rosado Lacrimae Rerum, aunque este solo permanece 5 semanas, y La Rinconada, que solo necesita 3 meses de crianza. Por su parte, el Verdejo se deposita en barricas nuevas de roble francés, pero de mayor tamaño (400 l), durante 5 meses.
El que más se diferencia es El Jaral. Por eso, es también el de más alta gama de la bodega. Este vino se elabora a partir de una cuidadosa selección de barricas de cada varietal: fudres y barricas nuevas de roble francés (700 l y 225 l respectivamente) durante 20 largos meses.
Por todo esto, Barcolobo no solo es calidad y sabor, sino también pasión, tradición y respeto. Tanto por la materia prima durante su manipulado como por el entorno que los rodea. Un trabajo y unos valores que dan como resultado estos espectaculares vinos.