- Más de 15.000 personas y 34 canciones, los Backstreet Boys arrasaron en su concierto del Wizink Center de Madrid.
- Con casi 30 años de trayectoria, supieron cautivar a un público con sus temas más míticos que triunfaron en los 90.
Son las 21:00 y el Wizink Center de Madrid está a rebosar. No es para menos. Las entradas se agotaron hace más de 8 meses. Las más de 15.000 personas, en su mayoría mujeres de más de 35 años, esperan impacientes a que salgan sus ídolos, esos con cuyas fotografías decoraban sus carpetas allá por los años 90. Las luces se apagan y una pantalla gigante va mostrando las fotos de Nick, Howie, Kevin, Brian y AJ. El público ruge enloquecido: los Backstreet Boys han llegado.
Comienzan a entonar su clásico I Wanna Be With You. «I want to be with you, it’s crazy but is true», suena. Con casi 30 años de trayectoria, los Backstreet Boys conocen perfectamente a sus fans y saben cómo hacer que un público, ya de por sí entregado, pierda completamente la cabeza. Con una estética noventera, con cazadoras plateadas llenas de lentejuelas y brillos, cantan canciones que marcaron a toda la una generación. Get down se convierte así en una oda a la nostalgia.
Guiños en español
Alternan canciones de sus discos más nuevos con sus grandes clásicos, sin olvidar aquellas coreografías que cualquier adolescente que se preciara sabía imitar. No ha pasado ni media hora y la multitud canta a voces “Show me the meaning of being lonely. Is this the feeling I need to walk with?” para continuar con Incomplete y Shape of my heart.
Uno a uno van saliendo en solitario al escenario para dirigirse a sus fans. Con algunas palabras en español bien elegidas (“bonita”, “os amo”…) el discurso de los cinco gira sobre un eje en común: no podrían celebrar el año que viene su 30 aniversario si no fuera por la multitud de fans que se congregan en el Wizink. Saben, y así lo dicen, que muchas de ellas fueron a sus conciertos mientras todavía estaban en el colegio y, para ellos, es un orgullo. Pocos grupos de pop pueden presumir de tener unas seguidoras tan incondicionales.
30 años de historia
De este modo, saltaron a la fama con su álbum debut, Backstreet Boys (1996). El siguiente álbum, Backstreet’s Back (1997) continuó con el éxito del grupo en todo el mundo. Llegaron al estrellato con su álbum Millennium (1999) y el álbum siguiente, Black & Blue (2000). También lanzaron un álbum de grandes éxitos, The Hits – Chapter One (2001). Después de un descanso de tres años, la banda ha lanzado cinco álbumes Never Gone (2005), Unbreakable (2007), This Is Us (2009), NKOTBSB (álbum) formando NKOTBSB junto a los New Kids on the Block (2011), In a World Like This y DNA (2019)- La banda ha vendido más de 140 millones de producciones musicales, lo que los convierte en la boy band más vendida de todos los tiempos y en uno de los artistas musicales más vendidos del mundo.
Los Backstreet Boys cambian varias veces de ropa a lo largo del espectáculo, pero, sin duda, el momento culmen lo protagonizan Kevin y AJ cuando se cambian detrás del escenario haciendo de ello un show. Tras una mampara y haciendo bromas van quitándose prenda por prenda y arrojándolas a sus fans a modo de souvenir. Como un gran club de estriptis versión reyes de pop.
A ritmo de Everybody
Con “Quit playing games” el concierto llega a su ecuador, pero los ánimos no hacen más que calentarse. El dinamismo del espectáculo, con continuos movimientos de escenario y el juego de luces y paisajes que acompañan a cada uno de los temas, provocan que el show se haga ameno y divertido. Los guiños al público continúan, tanto que entonan “Nunca te haré llorar”, en español.
Hora y media después del inicio llega la canción más esperada. Tratan de jugar con sus seguidores reproduciendo un vídeo que contiene pequeñísimos extractos de sus canciones más míticas, pero el ambiente lo dice todo. Únicamente puede ser Everybody. Ni para entrar ni para salir: los Backstreet Boys han introducido este tema como otro cualquiera.
Una noche para la nostalgia
Tras dos horas, el concierto parece estar llegando a su fin. Con sus míticos trajes blancos que protagonizaron la época de su famoso álbum “Millenium” cantan “I want it that way”. Parece que se despiden, pero no se hacen mucho de rogar. Tras medio minuto pidiendo una última canción, concluyen con Don’t Go Breaking My Heart y Larger Than Life.
Tras dos horas de concierto y 34 canciones el espectáculo termina con kilos de confeti. A la salida, decenas de grupos van comentando el concierto, algunas todavía cantando algunas de sus canciones. Las sonrisas de muchas mujeres lo dicen todo: por unas horas han vuelto a ser quinceañeras de los 90. Y sienta bien.