España ocupa el puesto número 5 de los países más preocupados por su salud mental según el informe Global Health Service Monitor 2022. Este estudio fue llevado a cabo por Ipsos desde el pasado 22 de julio al 5 de agosto en una muestra de 34 países. Igual de preocupados están Suecia, Irlanda y Portugal.
La pandemia fue el detonante de la desestabilización de la salud de las personas en todos los niveles, pero todo lo que se ha venido encima en los años sucesivos tampoco ha creado un panorama mucho más alentador. Buscar ayuda psicológica está a la orden del día y muchos son los que tienen que recurrir a préstamos rápidos para financiarla.
Resumen de situación
De este informe se desprende que, cuando se habla de salud, lo que más preocupa a los españoles es la salud mental, seguida del cáncer y del covid, que ha pasado ya a un tercer puesto. En términos mundiales, el covid se adelanta a la salud en mental y el cáncer se mantiene en tercera posición.
En cuanto a la atención recibida en salud mental en España, solo 1 de cada 10 personas cree que es buena, lo que supone una pérdida de confianza de 10 puntos respecto al año anterior. De hecho, tan solo un 29% considera que la situación puede mejorar algo y esa cifra se reduce con el paso del tiempo.
Top ten de preocupaciones
El miedo por la salud mental subió 16 puntos respecto al año anterior. Esto significa que a un 51% de los españoles le inquieta su estado de ánimo en mayor o menor medida. Por su parte, un 49% teme al cáncer y un 45% sigue alarmado por el coronavirus, cifra que ha ido bajando de manera abrupta desde 2021.
Para completar el ranking de preocupaciones, se añade el estrés con un 28% de la población alarmada (9 puntos más que el año pasado) y un 23% temeroso de la obesidad. Desde el instituto Ipsos señalan que todos estos datos son una consecuencia de cómo afectó el covid a la salud mental. Resumen de preocupaciones en España:
1. Salud mental (51%)
2. Cáncer (48%)
3. Covid (45%)
4. Estrés (28%)
5. Obesidad (23%)
De hecho, en 2018, antes del confinamiento, la salud mental solo le importaba a un 23% de los españoles y la cifra se duplicó 4 años después. El miedo al contagio por coronavirus fue disminuyendo a medida que se iba controlando su expansión, pero los problemas psicológicos y emocionales seguían desempeñando un papel protagonista.
A nivel mundial, sin embargo, se ve de otra manera y el coronavirus sigue preocupando a un 47% de personas que consideran que esto no ha acabado todavía. Luego está la salud mental con un 33% de preocupados y un 31% de españoles, cifra muy similar a la de 2021, se mantiene alerta en cuanto al cáncer se refiere.
El sistema sanitario en tela de juicio
En España, la Seguridad Social no fue capaz de absorber la demanda en salud mental tal y como consideran los españoles. 1 de casa 2 considera que la atención sanitaria es buena, lo que supone una pérdida de 10 puntos respecto a un año antes. 1 de cada 5 españoles no tiene problema es asegurar directamente que es mala.
El 71% de los ciudadanos considera que hay una saturación en Salud Mental, lo que está por encima de la media mundial en 10 puntos. Entre los principales problemas: cada vez más derivaciones a esta especialidad, interminables listas de espera y falta de personal, retos importantes a los que tiene que enfrentarse el sistema.
Esto es, quizá, consecuencia de la presión a la que fueron sometidos los sanitarios en la pandemia, ya sea por problemas estructurales o porque repercutió en los servicios ofrecidos de una manera u otra. Los datos no parecen indicar que esto vaya a ser algo puntual con soluciones a medio o corto plazo.
Las largas listas de espera y la separación entre una cita y otra para control de situación han sido el caldo de cultivo para tener que recurrir a los servicios privados. Una sesión de terapia psicológica, por ejemplo, ronda entre los 50-80 euros la hora, un gasto que no todo el mundo puede afrontar y que se necesita costear sea como sea.
Tan solo un 29% de los españoles cree que la situación puede mejorar. En 2020, un 45% de la población miraba hacia adelante con optimismo, pero en 2021 el porcentaje bajó al 38%, lo que supuso el descenso más intenso. A pesar de los números, España es el país más optimista de Europa al creer que, en algún momento, el sistema sanitario irá a mejor.