Hay un tema recurrente casi todos los años cuando terminan las vacaciones, y es el tema del síndrome posvacacional. Las pocas ganas de volver a la rutina, el desánimo, la irascibilidad, los miedos, y hasta la angustia, en muchas ocasiones, desaniman y cuesta mucho a volver al día a día.
Se pone el foco en todo lo que no gusta, la preocupación por lo que pueda venir, y se hace muy cuesta arriba empezar.
Justamente, el coach personal, Pedro Serrano, pone el acento en el tema del foco, porque es vital, sabiendo que donde se pone el foco va toda la energía, y si se pone el foco en lo que no gusta, en la monotonía, en lo que produce rechazo, se va a encontrar seguro, y recordar eso producirá más rechazo y apatía, se verán sólo las sombras de la vuelta a la rutina y no ayudará en nada a reincorporarse.
Las personas son pura rutina y es porque al cerebro le encanta la rutina, de hecho el día a día es muy rutinario, y esto es así porque es la mejor manera de ahorrar energía, que es el principal objetivo, junto con el de mantenerse vivos, que tiene la mente. Y la rutina o los hábitos es la mejor y más eficiente manera de ahorrar energía.
Además, repetir y repetir ayuda a que se fortalezcan los aprendizajes y habilidades.
Hay motivos y perspectivas que ayudarán a retomar la rutina de manera más amable y con menos resistencias.
Pensar y focalizar en lo positivo, en las pequeñas rutinas y detalles que gustan y hacen sentirse bien, en el trabajo, los estudios, en casa, esa zona de confort que se conoce, y que da seguridad y estabilidad.
Planificar, ordenar y priorizar
La vuelta a la “normalidad” puede ser ideal para ordenar, planificar y sobre todo priorizar todos esos temas y cuestiones que muchas veces angustian y bloquean, y que se van dejando sin ejecutar o resolver, lo que causa más rechazo y bloqueo todavía.
Aprovechar y priorizar las metas y objetivos. Llevarlas al papel y planificar un plan de acción. Poner fecha de inicio, y hacerlo. Ya se sabe que arrancar suele ser lo que más cuesta, pero hay que darse cuenta de que una vez se empieza, uno se siente mejor, y dará fuerza para seguir. No hay que olvidarse de celebrar los logros, ya que esto ayudará y mucho para seguir el camino.
Implementar nuevos hábitos
Un momento ideal para implementar nuevos hábitos es la vuelta de las vacaciones, y nadie mejor que uno mismo sabe lo que necesita. Recordarse también que un hábito se hace a base de repetir, repetir y repetir y que al principio la mente se opondrá, porque no le gustan las novedades, pero que con constancia y voluntad se podrá hacer siempre, además, una vez implementado se repetirá sin apenas resistencia de la mente y con mucho menos esfuerzo.
Otro tema para implementar un hábito con máximas garantías es la recompensa, el para qué se hace es importantísimo, y cuanto más grande sea el “para qué”, más éxito se tendrá en la implementación del nuevo hábito. Preguntarse el para qué y con la respuesta que se obtenga, volver a preguntarse para qué, y después con esa respuesta otro para qué, con cada nuevo “para qué” uno se dará cuenta de que va profundizando en un motivo más potente, más íntimo y comprometido con el objetivo que verdaderamente se quiere y con el que se ha comprometido.
Implementar hábitos como la gratitud, agradecer todos los días por las cosas y temas que hacen sentir bien, y que se dan por sentados (esto se puede hacer todos los días al acostarse, e incluso hacerse un diario de gratitud. Siempre hay cosas que agradecer).
Practicar la amabilidad, sonreír, y ayudar en lo que se pueda a los demás, será de gran ayuda para tener un nivel de energía y vibración alto, que permitirá afrontar todos los temas personales y profesionales con alta efectividad, y además, y por resonancia harán sentir muy bien a las personas de alrededor.
Ponerse las gafas del apreciador y ver las cosas muy diferentes, siempre hay cosas que apreciar, que descubrir. Tener esa mente curiosa y libre de juicios y prejuicios harán que la vuelta a la rutina sea más apetecible y evocadora, y se descubrirán muchas cosas maravillosas en el entorno y las personas.
También hará estar conectado con el entorno de manera menos reactiva, y fluyendo y aceptando lo que hay, sin rechazo y trabajando desde una posición más proactiva, eligiendo conscientemente como se quiere estar y sentir.
Entrenar la mente, las emociones y aprender a focalizar, dominar y gestionar los pensamientos tiene unos pasos y un proceso que con las sesiones de coaching se consiguen de manera muy eficiente.
Cuidar y entrenar el cuerpo, y también la mente y las emociones, tiene que estar entre las prioridades del día a día, sabiendo además que será una rutina con la que se disfruta siempre.