Ya sea a modo de aperitivo, o para hacer de comida o cena principal, hay recetas que parecen tenerlo todo: son sencillísimas de hacer, están ricas y suelen gustar a todo el mundo. Un buen ejemplo de ello son los huevos rotos con gulas. Si los huevos rotos de toda la vida ya acostumbran a ser todo un acierto en cualquier situación, de la forma que te presentamos a continuación, suponen un éxito garantizado en las reuniones con la familia y los amigos. Y sin tener que pasar mucho tiempo en la cocina. Todo lo contrario, es un plato que se puede apañar en un momento.
Pero a pesar de su sencillez, tiene sus trucos, como expondremos en este artículo, para que queden geniales.
4El turno de los huevos
Freír un huevo frito parece lo más fácil del mundo, y puede que lo sea, pero incluso algo tan sencillo requiere de cierta técnica. Nuestro consejo pasa por hacerlo en aceite abundante y muy caliente, y no dejarlo demasiado tiempo para que la yema quede jugosa, algo que le sienta de maravilla a este plato.
No obstante, hay gente que prefiere los huevos menos aceitosos, por lo que en estos casos es mejor hacerlos a la plancha. Es decir, con apenas una gotita de aceite en la sartén, bajando el fuego rápido y tapándola para que se haga más despacio. Eso ya es cuestión de gustos. Para preparar huevos rotos con gulas para dos personas, lo normal es usar cuatro huevos. Si se es más gente, pues seguir esa misma proporción: dos huevos por persona, sobre todo si va a ser plato principal.