El dinero en efectivo tiene los días contados. Que alguien lleve monedas o un billete en la cartera es un hecho paranormal, debido a la facilidad y la accesibilidad que han generado aplicaciones de pago online como Bizum, además de que, desde la llegada de la pandemia de la Covid-19, se ha popularizado el uso de tarjeta de créditos para pagar, incluso en establecimientos donde se negaban a cobrar por datáfono. El dinero en efectivo ha perdido terreno a velocidad de crucero y se ha quedado obsoleto en apenas dos años, pero: ¿Estamos ante el fin del dinero en efectivo?
Los datos hablan por sí solos, las encuestas realizadas por el Banco de España han sacado en claro que solo el 35,9% de los españoles prefieren utilizar el efectivo para realizar una transacción, mientras que el 54% de la población sitúan a las tarjetas de crédito como su forma de pago favorita. Estamos viviendo un hecho histórico, propulsado, evidentemente, por las nuevas tecnologías y la cultura de los más jóvenes de salir a la calle exclusivamente con el móvil, un dispositivo que te permite llevar absolutamente todo lo necesario, desde la tarjeta de crédito, hasta el DNI. Por este y muchos otros motivos, las potencias mundiales se han planteado y han tratado de trazar la logística para eliminar el dinero efectivo de nuestro día a día y tratar de automatizar cualquier tipo de intercambio económico.
Por muy distópico que suene, hay países en los que el dinero en efectivo es un tema prehistórico. El principal abanderado de este movimiento contra el ‘cash’ son Suecia, uno de los países revolucionarios en este aspecto que llevan desde principios de década tratando de establecer un sistema estable para darle una nueva vida a las monedas y los billetes. De hecho, en los últimos dos lustros han conseguido reducir el uso del efectivo del 39% a 9%, cifras récord a nivel mundial, gracias a la cultura económica que se lleva implantando en el país nórdico, entrando en el túnel de no retorno y con dirección a una sociedad sin efectivo.
Noruega también está al orden del día en relación con la eliminación del cash. El país vecino ha seguido los pasos de Suecia y ha querido seguir la estela, afirmando que entre el 3% y el 4% de las transacciones de los noruegos son con billetes o monedas, una cifra escalofriante y que secunda con creces las medidas establecidas por el gobierno noruego. Esta a un paso de la digitalización, algo que recuerda más a películas de ficción que a la realidad, pero no todos los ciudadanos del país están de acuerdo con las medidas tan restrictivas que ha establecido Noruega, ya que desde el coronavirus en ciudades como Oslo no se puede pagar en efectivo un billete de autobús o poder pagar con un billete un café.
La economía número 18 del mundo también ha sido una de las propulsoras de la desaparición del dinero en efectivo. Estamos hablando de Países Bajos, la nación del centro de Europa es uno de los decanos de la sociedad sin cash, sus transacciones con efectivo lleva en caída más de 15 años. En 2005 el pago en efectivo representaba un 52% de las transacciones del país, mientras que una década después ya rozaba el 30%. Lo realmente interesante de este ejemplo, es que el pago a través de los dispositivos móviles han crecido un 30%, una cifra significativa, aunque la problemática es que no ha sido un proceso natural de la sociedad, sino que se ha establecido de manera dictatorial por parte de los bancos, que quieren suprimir los abastecimientos de billetes de sus cajeros.
China tenía que entrar en la ecuación. La segunda potencia mundial ha priorizado durante muchos años la modernización de su sociedad y no se iban a quedar atrás en cuanto a lo relativo con la digitalización del sistema económico de su país. En los últimos años, han tomado una serie de medidas para acelerar el proceso y así equipararse a países como Suecia o Noruega, que les ha servido como ratas de laboratorio. De hecho, el Banco Popular de China ha empezado un proceso burocrático para multar a aquellas entidades que no acepten el pago mediante dinero efectivo, ya que están intentado salvaguardar el derecho a pagar con cash de sus ciudadanos.
La gran cuestión es: ¿Cuál es la fecha marcada en el calendario para la desaparición del efectivo en nuestro país? Los expertos en la materia estiman que, en España, será más liviano que en otros países y se augura que el dinero en efectivo se mantenga durante más años que en otras naciones vecinas. Esto se debe a que, a pesar de las nuevas tecnologías y las nuevas tendencias de conducta de los españoles, el pagar en efectivo es una tradición arraigada en nuestro país, por lo que será más complejo adecuar y formar a la sociedad sobre las nuevas formas de pago. Y no son solo suposiciones, sino que en el año 2020 el 35,9% de los españoles utilizaban como primer medio de pago el dinero en efectivo, una cifra que dista mucho en relación a otros países como Suecia o Países Bajos.