El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón tomará declaración este martes a varios perjudicados por la presunta estafa piramidal millonaria perpetrada por el promotor musical Antoni Mas, conocido como el ‘Madoff catalán, que habría defraudado más de 1.100 millones de euros a numerosas personas pertenecientes a la alta sociedad.
Según ha adelantado ‘El Mundo’ y han confirmado fuentes jurídicas, el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 6 ha impulsado la causa con una ronda de citaciones que continuará la próxima semana.
Esta causa comenzó a investigarse en un juzgado de Barcelona, pero dado que el fraude, de más de 200 millones de euros, se extendió a varias comunidades autónomas, la Audiencia Nacional se hizo cargo a mediados de 2018 de las diligencias, que recayeron en el Juzgado Central de Instrucción Número 6.
El procedimiento contra el ‘Madoff catalán’ se abrió cuando en mayo de 2017 el propio sospechoso se personó en una comisaría de los Mossos d’Esquadra para confesarlo todo porque dos antiguos socios a los que había estafado 18 millones de euros le habían enviado dos sicarios para amenazarle de muerte tanto a él como a su familia.
Con estos dos socios, Mas había fundado Publipro, una empresa de promoción musical y publicidad, un negocio similar con el que después, ya en solitario y a través de la sociedad Publiolimpia, cometió la estafa piramidal por la que se le investiga en la Audiencia Nacional.
Según las pesquisas realizadas y la propia confesión del imputado, prometía a pequeños y grandes inversores un alto rendimiento con falsas cesiones de espacios publicitarios supuestamente vendidos a grandes firmas.
Mas inducía a inversores a su falso negocio para hacer frente a los gastos iniciales alegando que «las grandes compañías» con las que él decía que trabajaba «pagaban a 90 días» y necesitaba «financiación inmediata».
SELLOS FALSIFICADOS DE GRANDES EMPRESAS
Ofrecía altos rendimientos en intereses –muy por encima de otros productos financieros–, parte de los cuales iba abonando a medida que conseguía nuevas víctimas, pero nunca devolvió la totalidad de lo invertido. Cuando los inversores reclamaban garantías, llegaba incluso a falsificar sellos de importantes empresas para hacerles creer que el negocio existía.
Según la confesión del conocido como ‘Madoff catalán’ y las conclusiones preliminares de la investigación, esta estafa piramidal habría supuesto un fraude de más de 200 millones de euros. Sin embargo, él nunca ha aclarado qué hizo con todo ese dinero, aunque sí manifiesta que no se ha quedado con nada.
No obstante, los investigadores tienen en el punto de mira su relación con la sucursal de Bankia donde estaba la cuenta con la que facturaba los servicios que prestaba en las contadas ocasiones en que tenía algún cliente real, especialmente después de que durante su declaración reconociese que era íntimo del director de la oficina y que comían juntos muy a menudo.
Mas había firmado en esa oficina una toma de razón, de manera que se garantizase que el dinero ingresado por esos clientes reales debía acabar revertido en los inversores sin que ningún ejecutivo de Publiolimpia pudiese retirarlo. Sin embargo, el dinero salió y él dijo no saber explicar por qué en el banco no se articularon los controles que lo habrían impedido.
En esta causa se da la circunstancia de que algunos de los estafados tienen la doble condición de perjudicado y querellado. Perjudicados porque denunciaron a Mas al haber sido víctimas del fraude, pero querellados al mismo tiempo por otros inversores a los que habían convencido para contratar a Publiolimpia, antes de descubrir la estafa.